La procesión del Santo Entierro de Calatayud está considerada como de interés turístico regional de Aragón y el Ministerio de Cultura la incluye como una de las más antiguas y peculiares del Viernes Santo. Sin embargo, su continuidad –siguen alertando año a año sus organizadores– está en serio peligro ante la falta de una mayor implicación popular. «Solo el 25% de los 350 personajes tiene seguro alguien que va a estar», recuerda Francisco Lorenzo de la Mata, secretario de la Junta Mayor de Semana Santa en la ciudad.

De nuevo, son los personajes infantiles y juveniles los que requieren de más incorporaciones, como los hebreos, los pajes o el coro y los atributos de la Pasión. A eso se suman los reyes, las tribus de Israel, los soldados romanos, las virtudes, las sibilas, la luna, el sol, las partes del mundo y las siete palabras. «Hay opciones que permiten que se vea más la cara y otros que se pasa totalmente desapercibido. También hay vacantes tanto al inicio como al final, con peso o sin peso», enumera de la Mata.

Además, el responsable argumenta que «solo se necesita disponer de dos horas, la tarde de Viernes Santo. Todo lo demás lo facilitamos nosotros: trajes, complementos, añadidos y hasta los ajustes. No hay ningún gasto», subraya. Él es el encargado de coordinar el reparto y cuenta con apoyos para realizar las medidas y coger esas puntadas para que se ciñan a cada modelo. Las personas interesadas en participar pueden acudir a la iglesia de San Juan el Real de Calatayud, en horario de 18.00 a 20.00, entrando por la capilla de San Francisco Javier.

«Cada año se hace más difícil, pero tenemos que hacer un esfuerzo para que se mantenga», explica de la Mata. Este año, como en los anteriores, se han colocado carteles por varios puntos de la ciudad para animar a la participación. «Hay mucha gente que viene de propio de Madrid o Barcelona para hacerlo, hay algunos personajes que siempre suelen hacerlos las mismas personas todos los años», recuerda.

La procesión del Santo Entierro recorre las principales calles de Calatayud y cuenta también con la participación de las hermandades y cofradías penitenciales y los 24 pasos procesionales. De la Mata explica que sus orígenes se retrotraen hasta el siglo XV y que con el transcurso de los años ha ido cambiando aunque «sigue manteniendo su esencia».