el futuro de la nieve

Sobrarbe, un modelo turístico adaptado a la tierra

Es la única comarca del Pirineo aragonés sin estación de esquí alpino. Es la zona con más plazas de alojamiento en Aragón y en 2022 fue la primera en pernoctaciones.

Cruce de caminos en la red de senderos que configuran la Zona Zero de Aínsa.
Cruce de caminos en la red de senderos que configuran la Zona Zero de Aínsa.
Zona ZERO

El Parque Nacional de Ordesa, dos embalses en el río Cinca (Mediano y El Grado), una red de senderos que se adentra por todos los rincones del territorio y un Geoparque Mundial son, entre otros, los poderes de Sobrarbe, la única comarca del Pirineo aragonés que no tiene estaciones de esquí alpino. Aunque en 1977 ya existía un proyecto para construir un centro invernal en Bielsa, ni este ni el pensado para Punta Suelza (Chistau) llegaron a desarrollarse.

Así como a veces los planetas se alinean a un lado del sol formando un arco, en Sobrarbe una serie de circunstancias y elementos han dibujado una oferta turística que consiguió aupar a la comarca al primer puesto del ránquin de pernoctas en 2022. Es la zona que más plazas tiene en Aragón sumando cámpines, viviendas rurales, hoteles, apartamentos vacacionales... En total son 19.400, según el Instituto Aragonés de Estadística (Iaest).

Rafael Bergua, empresario del sector, indica que en lo que respecta a los alojamientos en hoteles, Sobrarbe suma alrededor de 350.000 (Jacetania y Alto Gállego tiene 500.000) y de estas, unas 90.000 corresponden a visitantes extranjeros, por encima del dato de otros valles pirenaicos. La zona cuenta con el túnel de Bielsa, un paso franco (de momento solo de día) para que los sobrarbenses se acerquen a esquiar a Saint-Lary y los franceses lleguen en cualquier época del año.

Bergua invita a hacer una reflexión sobre las estadísticas que arroja una comarca con 7.500 habitantes "sin tan apenas oferta invernal ni grandes empresas". La primera explicación se halla en el Parque de Ordesa, espacio por el que cada año pasan casi 600.000 visitantes y que funciona como motor de atracción turística.

La oferta medioambiental es, sin duda, uno de los grandes valores de Sobrarbe. A ella se suman "un montón de hechos diferenciales, que no es que sean únicos", apunta el empresario. Como primer ejemplo señala las numerosas explotaciones de ganadería extensiva.

Rafael Bergua subraya que "esas vacas en el prado es algo que no se ve en todas partes. Es una imagen que trasciende la actividad económica y transmite la esencia y autenticidad del territorio, algo que busca buena parte del turismo rural". Según afirma, tener el 51% de la superficie de la comarca como espacios protegidos (además de Ordesa están los parques naturales de Guara y el Posets) redunda en esa línea de preservación de lo genuino.

Otro factor que contribuye a esta atracción que ejerce el territorio es el de las tradiciones. Los carnavales de Bielsa, los Trucos del Valle de Chistau, la Morisma de Aínsa, el Paloteau de Boltaña... concitan en cada edición a miles de visitantes.

El patrimonio es una buena carta. Aínsa, con múltiples reconocimientos por su casco histórico, es polo de interés. La revista National Geographic la recomendó como mejor destino rural para viajar este febrero. El efecto se notó en la Oficina de Turismo.

El porcentaje de pequeños negocios es otra marca de la zona porque "no es lo mismo ir a un lugar donde casi el cien por cien son empresas familiares que ir a otro donde hay un poco más de todo", destaca Rafael Bergua.

Los senderos

Según manifiesta, lo que convierte al Sobrarbe en un destino turístico es "una suma de factores". En ella también tiene su papel la amplia red de senderos. Su uso empezó en 2011, con la Zona Zero, espacio destinado a las distintas especialidades de la BTT que cada año supone entre 70.000 y 80.000 pernoctaciones (un 6% o 7% del 1.200.000 que se calcula registra la comarca).

"Es un elemento importante pero no definitivo", apunta el también director de esta área, que destaca el uso de estos caminos por parte de los senderistas y de quienes gustan de visitar pueblos abandonados. "Entre quienes hacen senderos y quienes van en bici suman entre el 11 y el 13% de las pernoctas de Sobrarbe, y esto empieza a ser importante", afirma Rafael Bergua.

"Tenemos un modelo de turismo muy claro, muy interesante, que da unos resultados espectaculares", apostilla. "No es ni mejor ni peor que otros, pero yo lo reivindico porque es potente, tan digno como cualquier otro y defendemos con toda legitimidad porque ahí están los datos. Y tampoco digo que haya que llevarlo a todos los sitos", zanja.

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