Los 17 refugiados sirios afectados por el seísmo de Turquía quieren rehacer sus vidas en Aragón
Tres familias llegaron el pasado 4 de marzo a Zaragoza y Calatayud y ya han comenzado a aprender español.
Las tres familias de refugiados sirios que llegaron a Zaragoza y Calatayud afectados por el terremoto de Turquía del pasado 6 de febrero y sus réplicas, en las que hay cinco menores de edad, han comenzado a amoldarse a las localidades en las que van a residir y en las que quieren iniciar una nueva etapa vital. Víctimas de una doble tragedia, primero tuvieron que abandonar sus hogares por la guerra civil en su país y hace mes y medio un seísmo los dejó sin nada en la calle, ahora se sienten "seguros" y con ganas de "rehacer sus vidas".
Así lo cuentan dos profesionales de Accem y Cruz Roja, Rosa García y Ana Vélez, respectivamente, que han compartido y trabajado con ellos en estos primeros días de acogida tras ir a recogerles al pasado 4 de marzo al aeropuerto de Torrejón. Formaban parte de un grupo de 89 desplazados, que se han asentado en 11 ciudades españolas.
"Ellos sobre todo dicen que por fin se sienten seguros después de todo lo que les ha pasado y quieren empezar a llevar una vida normalizada cuanto antes", explica Rosa García Mora, responsable de Accem en Calatayud. La entidad social empezó a trabajar en el municipio bilbilitano durante la llegada masiva de exiliados ucranianos y ha acabado estableciendo una sede permanente.
García Mora destaca las ganas que tienen de aprender el idioma cuanto antes y el interés que han mostrado por conocer la historia de Calatayud. "La niña de 15 años, que está escolarizada en un instituto, ya decía algunas palabras en español cuando llegó porque en cuanto supo que venían a España empezó a estudiarlas con una aplicación del teléfono móvil".
Cinco días durmiendo en la calle
La menor ha venido con sus padres y sus dos hermanos de 22 y 18 años. "Por lo que nos han contado el edificio de pisos en el que vivían en Turquía se derrumbó completamente por el terremoto. Ellos sobrevivieron pero murieron vecinos suyos. Los llevaron a un albergue que también se cayó en una réplica y acabaron durmiendo cinco días en la calle", comenta.
A la capital aragonesa han llegado dos familias, dos matrimonios con cuatro hijos cada uno de los que la mitad son menores de edad. Proceden de uno de los campos de refugiados que hace algo más de una década, cuando estalló la guerra civil siria, se instalaron en el sur de Turquía en el límite con el país árabe.
"Vienen con muchas ganas de aprender español y trabajar lo más pronto posible. Insisten mucho en que lo principal para ellos es que sus hijos puedan estudiar, y aprovechar al máximo su estancia en el programa para conseguir tener una vida lo más normalizada e independiente posible en un futuro", subraya Ana Vélez, responsable de migraciones de Cruz Roja. Vélez destaca que se trata de personas "muy vulnerables". De hecho, dos de los menores de 14 años dejaron el colegio cuando abandonaron Siria y en Turquía se pusieron a trabajar como grabador y sastre.
Estas personas tienen, además, el estatus de refugiados de la guerra de Siria y ya en el mismo aeropuerto de Torrejón recibieron una resolución favorable con protección subsidiaria que ahora tienen que completar en los servicios de extranjería de las comisarías de la Policía Nacional de su lugar de residencia.
Su viaje forma parte del Programa Nacional de Reasentamiento de Refugiados 2023 que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 21 de febrero. Por ahora las tres familias se encuentran en alojamientos de acogida de las entidades a la espera de poder acceder a un piso de alquiler.
