Las matriculaciones en FP siguen al alza y este curso se rozan los 27.400 alumnos

Crecen un 17% en cinco años y familias y equipos directivos lo atribuyen a la mayor "dignificación" de estos estudios. La última apuesta de Educación son los másteres, que ya tienen 178 inscritos.

El centro de FP Corona de Aragón cuenta con 1.400 alumnos.
El centro de FP Corona de Aragón.
Guillermo Mestre

De "patito feo" a ser una alternativa real. La Formación Profesional (FP) está en boga y para este curso roza ya los 27.400, según los datos facilitados por el Departamento de Educación. En los últimos cinco años ha crecido un 17%, pero este aumento se viene fraguando desde un tiempo antes, y tanto los equipos directivos como las familias lo atribuyen a esa "dignificación" y "apuesta" por estos estudios. Una de las últimas novedades ha sido la implantación de los ciclos de especialización, también conocidos como másteres de FP, que en apenas dos cursos han alcanzado los 178 matriculados.

"Ha habido un cambio de perspectiva. Cada vez la gente valora más que sean unos estudios prácticos y las salidas laborales que ofrecen", detalla Raquel Fidalgo, secretaria de la Asociación de Directores de Institutos de Zaragoza (Adizar). Una opinión que comparten tanto la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de la Escuela Pública de Aragón (Fapar) como la Federación Cristiana de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Aragón (Fecaparagón), quienes recalca que se ha "dignificado" y "potenciando", "haciendo un mapa de titulaciones que se ajusta a la necesidades económicas y sociales" de la Comunidad.

En estos momentos, hay 11.282 matriculados en un grado medio -al que se accede generalmente tras terminar la ESO-. Apenas son 97 más que el curso anterior, pero si se compara con hace cinco años la diferencia es de casi 1.600. Esta misma tendencia han vivido los grados superiores -cuyo acceso es tras el bachillerato o con un grado medio de la misma familia-, que han pasado de tener 11.132 inscritos en el curso 2017-2018 a los 12.891 actuales.

A este respecto, Fidalgo hace hincapié en el "poco tiempo" que cuesta terminar una titulación. Una FP tiene una duración de dos cursos frente a los cuatros de una carrera universitaria y, en determinados casos, en solo tres años se puede conseguir dos ciclos formativos. "Y muchas veces las prácticas se acaban convirtiendo en un contrato laboral", apostilla.

De hecho, según la DGA, el 85% del alumnado que finalizó en junio de 2021 obtuvo un empleo antes de seis meses, mientras que en un grado medio esta empleabilidad aumentó hasta el 90,51%. Existen, no obstante, diferencias. "Los de la rama industrial tienen muchas salidas", ejemplifica Fidalgo, quien reconoce que muchas veces, pese a las oportunidades laborales existentes, "no hay una alta demanda de alumnado". Por el contrario, los títulos relacionados con videojuegos o sanidad "son más atractivos para los jóvenes".

Y destaca la aceptación que están teniendo los cursos de especialización. El año pasado pusieron en marcha el de Digitalización del Mantenimiento Industrial y apenas tuvo cinco o siete alumnos, pero este año ya se han alcanzado los 14. "Lo hemos puesto de lunes a jueves para hacerlo más atractivo y además dar facilidades a los alumnos, puesto que muchos lo compaginan con su trabajo", especifica. Según los datos del Gobierno de Aragón, hay 26 matriculados en cursos de especialización dirigidos a aquellos que han terminado un grado medio y 152 en los de grado superior. Por su parte, aunque la FP básica también crece, lo hace un menor ritmo y apenas llega a los 3.000 inscritos.

En este sentido, el consejero de Educación, Felipe Faci, destaca el papel fundamental que desempeña la FP en el desarrollo económico y productivo de la Comunidad e incide en la necesidad de adaptar esta formación a los nuevos empleos que se generen en sectores estratégicos como el digital, la logística, la automoción o la agroalimentación.

Una mayor inversión

Pese a las mejoras sustanciales que ha vivido la FP en los últimos años y la apuesta decidida por ella, Fidalgo lamenta que todavía hace falta un mayor impulso. "Está muy bien implantar nuevos ciclos, pero no se puede quedar solo en eso. La inversión tiene que ser una constante", reclama. Recuerda que con las partidas que reciben cada año da para los gastos del día a día como la compra de pintura o tornillos, pero no para renovar un torno o un vehículo sobre el que hacer las prácticas. "De vez en cuando debería haber un libramiento extraordinario", apunta.

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