Jorge Terreros: "La gestión del cliente es importante, pero lo que vale el despacho es la gente que tiene detrás"

¿Cómo ha sido este 2022 para Inter Ingeniería?
Ha sido un año muy bueno. Hemos superado los objetivos, vamos a pasar de los tres millones de euros de facturación y estamos prácticamente en 50 trabajadores. Ha sido un ejercicio en el que hemos crecido y hemos incorporado bastante personal, algo que ha sido quizá más complicado que otros años pero que nos sigue resultando fácil, sobre todo mantener el talento, porque realmente no tenemos movilidad, quien viene a la empresa se queda.

¿Qué tipo de proyectos abordan?
Somos una empresa de servicios que acompaña en todo momento al cliente. Desarrollamos los proyectos de manera integral y con un alto grado de detalle, muy basados en la innovación y adaptados cien por cien a las necesidades del cliente, de su producción y también a las ambientales. Además, somos de capital totalmente aragonés, de forma que este se siente muy bien apoyado. Trabajamos en entornos industriales complejos, con clientes de primera división y, por tanto, haciendo proyectos de primer nivel.

Se dedican a la arquitectura, el sector papel, la logística, el sector químico-farmacéutico y la agroalimentación. ¿Cómo están llevando las dificultades derivadas de la inflación que sufren estos ámbitos?
Todas nuestras áreas son sectores estratégicos, algo que es así porque lo hemos buscado también. Estas tienen tres problemas muy importantes agravados por la inflación que son los costes de la energía, de los materiales y de las materias primas, así que muchos de nuestros clientes han atravesado o atraviesan una situación compleja. Al estar nosotros comprometidos con la eficiencia energética y la economía circular, ellos también están yendo por ese camino. Ahora todos nuestros proyectos están basados en aspectos como optimizar costes y buscar la forma de aumentar el rendimiento energético, no solo a nivel nacional, pues trabajamos también en el extranjero, lo que nos abre más la mirada y nos ayuda a buscar soluciones diferenciales.

¿Cuál es su receta para resolver la crisis actual?
Yo apostaría por aumentar el rendimiento de las empresas y mirar hacia dentro para optimizar todos los procesos, algo que antes no se hacía pero que ahora empieza a ser crítico por tema de costes. Y, sobre todo, retener el talento, que la gente se quede en el país y no tenga salir para ganarse un sueldo.

El Instituto Nacional de Estadística reflejó recientemente que la tasa de empleabilidad en la rama de ingeniería supera el 90% en el país. ¿Cuál es la situación en Aragón? ¿Hay demanda de estos profesionales?
La ingeniería está de moda. Se habla a menudo de que en los próximos veinte años se necesitarán muchos puestos de trabajo del sector. Este año ha habido demanda y consideramos que seguirá habiéndola. Para nosotros, la incorporación de personal, el buen ambiente de trabajo, que se esté a gusto y que se tenga flexibilidad es fundamental. Aquí trabajamos de 7.00 a 15.00, de forma que nos es sencillo captar talento de otros despachos o empresas, pues ofrecemos cosas que otros no ofrecen. Algo estaremos haciendo bien cuando en seis años no ha habido nadie que se haya ido. La gestión del cliente es importante, pero también lo es la gestión con el equipo, pues realmente lo que vale el despacho es la gente que tiene detrás.

¿Qué expectativas tiene para el año 2023?
Creemos que tendremos un crecimiento de un 30% y que será un año importante para nosotros en lo relativo a afianzar nuestras oficinas de Madrid y Barcelona. Todo ello con la vista puesta en la industrialización y en la internacionalización del despacho, y basándonos siempre en la atención al cliente.