Aragón potencia la lucha contra la violencia de género en el medio rural

Un informe del Gobierno central junto a Fademur afirma que el 61% de las mujeres conocen casos de maltrato en sus respectivos entornos.

Teléfono 016 y otras herramientas de ayuda a las víctimas de la violencia de género
Teléfono 016 y otras herramientas de ayuda a las víctimas de la violencia de género
H. A.

El Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) desarrolla diversas acciones y programas para hacer frente a la violencia de género en el medio rural y tratar de dar visibilidad a una problemática que tarda más tiempo en aflorar debido en ocasiones a la estigmatización social de las víctimas, el silencio, un entorno más cerrado y la falta de recursos suficientes.

Así se ha puesto de manifiesto en el transcurso de una comparecencia de la directora del IAM, María Goikoetxea, en la comisión Institucional de las Cortes de Aragón a instancias del grupo de Ciudadanos a fin de demandar información detallada acerca de todas las iniciativas desarrolladas contra la violencia machista en el medio rural de la Comunidad.

En una intervención previa, la portavoz de la formación liberal en la comisión, Beatriz García, se ha referido al contenido de un informe promovido por el Gobierno central y la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) que refiere que un 61% de las mujeres encuestadas aseguraban conocer casos de maltrato en sus respectivos entornos, y que concluye que las víctimas de violencia de género en entornos rurales tardaban una media de 20 años en romper con sus parejas.

García ha advertido que a las mujeres del medio rural no sólo les es más difícil "dar el paso" debido al entorno "cerrado" en el que se desenvuelven, sino que es "más complicado" afrontar la situación debido a las complicaciones derivadas para garantizar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento o de la necesidad, en ocasiones, de tener que alejarse ellas mismas de sus lugares de residencia.

En respuesta a esta intervención, la responsable del IAM ha destacado las inversiones que se han llevado a cabo para hacer frente a la lacra de la violencia machista en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, aunque ha admitido a renglón seguido que en el ámbito rural es más complicado "romper el silencio" debido a un entorno poblacional reducido y al riesgo de estigmatización de las víctimas, y a la inexistencia de los mismos recursos disponibles en las zonas urbanas.

"El reconocimiento de la violencia de género, sobre todo de psíquica, es mucho más difícil", ha subrayado Goikoetxea antes de pasar a referirse a las campañas de prevención, de formación de personal y de coordinación llevada a cabo con las comarcas para hacer superar a las víctimas el "miedo" de ser juzgadas por su entorno y darles a conocer los recursos de que disponen.

En este sentido, ha destacado que su organismo ha suscrito convenios con las 33 comarcas aragonesas tanto para la sensibilización social hacia esta problemática como a la formación de las profesionales -en su mayor parte mujeres- encargadas de prestarles apoyo.

Para abordar esta labor, tanto en el medio urbano como en el rural, ha señalado que desde el año 2014 se han incrementado los recursos económicos para hacer frente a la violencia machista desde los 253.000 euros a 1,7 millones, así como la cantidad destinada al Colegio de Abogados para asesorar a las víctimas, que se sitúa ahora en 261.000 euros.

Respecto a las acciones llevadas a cabo con las comarcas, ha explicado que se desarrollan iniciativas diversas para proporcionar empleo a las víctimas en sus propios entornos a fin de evitar la despoblación del territorio, aunque ha detallado que las propias entidades comarcales reconocen que "no siempre es posible".

Entre los programas puestos en marcha ha destacado el denominado "Juntas en las comarcas", un instrumento activado desde el IAM para conocer el territorio, establecer contacto con los profesionales y las asociaciones implicadas, analizar la evolución de los convenios, y abrir un proceso participativo.

Ha destacado que cuando culmine este trabajo (hasta ahora se han recorrido 23 de las comarcas), se elaborarán una conclusiones acerca del funcionamiento de todos los programas de prevención, formación de profesionales y de atención y se elaborará un protocolo de actuación.

Todos los portavoces de los grupos han incidido en la necesidad de prestar apoyo a las víctimas del maltrato en el medio rural y en la gravedad de la situación, aunque el tono crítico con las políticas del IAM lo ha asumido el parlamentario de Vox David Arranz, quien ha incidido en la necesidad de dar apoyo al empoderamiento de la mujer en el medio rural, pero que ha criticado al tiempo la "falta de igualdad" en las acciones llevadas a cabo contra la violencia de género ya que, ha añadido, "tanto el hombre como la mujer pueden ejercer violencia".

Tras precisar que su formación opta por distinguir la "violencia intrafamiliar", la ejercida en el hogar, de la violencia sexual que tiene como objetivo a la mujer, ha destacado que "nosotros no negamos el maltrato a la mujer, pero sí que se ponga sobre el problema un foco ideológico y feminista y se discrimine".

También ha cuestionado la eficacia de los "puntos violeta" al afirmar que "no tienen ningún valor" y que las víctimas deben de acudir a la policía, así como la formación de grupos especializados en los cuerpos policiales para hacer frente a la violencia de género, lo que, a su juicio, debilita la seguridad en el medio rural.

"Nunca una mujer se ha sentido tan desprotegida para ser violada como ahora", ha concluido.

En su intervención final, la directora del IAM ha hecho una breve referencia a las palabras del parlamentario de Vox para precisar que desde su organismo no se había negado nunca la existencia de hombres víctimas de maltrato, pero que su labor es "analizar la violencia sobre la mujer por el hecho de ser mujer".

Ha admitido que es necesario precisar la terminología empleada para referirse a la violencia ejercida sobre las mujeres, y ha negado que los "puntos violeta" ubicados en zonas de celebración del festival fueran inservibles ya que "los propios ciudadanos los han identificado como zonas de seguridad".

"Todas las compañas que se hacen -ha añadido-, sirven para que se vea que queda mucho todavía por hacer". 

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