recursos naturales  

El zahorí al que se le multiplica el trabajo por la sequía

Francisco Morales ha descubierto 70 pozos de agua en las provincias de Huesca y Zaragoza en lo que va de año, uno de ellos en la finca del portero del Real Zaragoza. Su "oficio" se considera una pseudociencia, pero quien apuesta por él gana.  

El zahorí Francisco Morales, con las varillas de arellano que utiliza para encotrar cauces de agua, en la plaza de los Sitios.
El zahorí Francisco Morales, con las varillas de arellano que utiliza para encotrar cauces de agua, en la plaza de los Sitios.
Guillermo Mestre

El zahorí Francisco Morales, de 56 años, trabaja con varillas de avellano, dos máquinas de perforación, sus conocimientos de geología y un péndulo para localizar los pozos de agua. Cada uno es un historia, pero este verano, debido a la sequía, se han multiplicado las solicitudes que ha recibido de ayuda para encontrar agua por todo Aragón:  desde agricultores y ganaderos a empresarios, ayuntamientos o particulares.

En lo que va de año lleva localizados unos 70 pozos en zonas tan heterogéneas como Sariñena, para una empresa de ganado (Cooperativa de Monegros), Laluenga, Lechón, Pozuelo, Caldearenas, Sabiñánigo, Montañana, Osera, Zaragoza o Garrapinillos. “Ha sido un caos todo lo que nos ha llegado. Nos llaman más por contactos de la gente que por la lista de teléfonos y no mencionan el nombre de la empresa sino mi nombre. Es un boca a boca”, detalla Francisco Morales.

Lleva metido 37 años en este oficio tan singular (considerado pseudociencia porque  no hay ninguna evidencia científica que demuestre que sea más efectivo que una adivinación al azar),  que se le complementa con su trabajo de electricista en la antigua General Motors (actual Stellantis) en Figueruelas

Bromea porque desciende del pueblo Aguarón, vive en la calle Río Ebro y en su correo aparece Neptuno. La mitad del tiempo que ha trabajado ha utilizado maquinaria: la primera fue hace 15 años y otra más potente llegó en 2016. Ahora ya tiene tres trabajadores (uno de ellos su mujer, María Pilar Corellano) en su empresa Aragonesa de Aguas Subterráneas, la única que se dedica a esta tarea desde 2007.

Cree que la llegada de la sequía a Aragón es una etapa cíclica para los próximos diez o doce años. “Se han adelantado los meses. Mayo es junio por el calor, junio es julio y julio es agosto...”, analiza desde su experiencia sobre el terreno. “Cuando pasen septiembre y octubre, de repente vendrá el invierno, y me baso en la memoria de los abuelos”.

El zahorí en su reciente viaje a una finca de Agüero para buiscar agua.
El zahorí, en su reciente viaje a una finca de Agüero para buscar agua.
Heraldo

En la urbanización El Regao, situada frente a Aula Dei, tuvo que superar los problemas de caudal porque se enfrentaron estos meses veraniegos, desde mayo a septiembre. Morales destaca que han detectado una “gran bajada del nivel freático” en Montañana, “de 6 a 10 metros”, y apunta que este barrio rural es “muy significativo” porque antes de este verano se cogía el agua a 17-20 metros de profundidad.

Este problema de sequía galopante lo ha visto el zahorí en localidades próximas al río Ebro como Osera, con diez metros de bajón del caudal en los pozos, y en los azuches de Zaragoza, que “se han quedado secos” por el gran descenso del nivel freático situado habitualmente entre 6 y 10 metros porque lo ha registrado en zonas de La Almozara o la carretera de Logroño, desde chalets próximos al centro comercial La Torre Outlet hasta Luceni.

El doble de actuaciones que el año pasado  

La situación meteorológica de esta temporada veraniega, que empezó en mayo, ha provocado que se hayan duplicado sus actuaciones con respecto al año pasado, porque han pasado de 7 a 10 encargos de perforaciones hasta las 25 intervenciones en el 2022.

Al comparar las actuaciones que han realizado estos meses, Francisco Morales valora que el lugar más complicado para encontrar agua ha sido en Caldearenas, situado en el Alto Gállego (Huesca) por donde pasa el tren Canfranero, junto a Laluenga y Sariñena (una cooperativa para gallinas) y Laspuña (para ovejas).

Francisco Morales utiliza las varillas de avellano para detectar el cauce del agua en Agüero.
Francisco Morales, utilizando las varillas de avellano para detectar el cauce del agua en Agüero.
Heraldo

Este año la provincia de Huesca ha tenido lugares muy difíciles para encontrarlo porque estaban muy abajo y se ha visto muy fastidiada con la sequía. En el bar de Caldearenas apostaron que no sacábamos el agua e hicieron una porra que solo ganó el dueño cuando la conseguí sacar a los 70-80 metros de profundidad en una finca”, relata el zahorí.

Morales asegura que en la búsqueda de agua ha vivido momentos muy emocionantes,  porque ha habido gente mayor que al encontrarla ha acabado llorando, como ocurrió en Pozuelo de Aragón, en la comarca del Campo de Borja.

Agua para el portero del Real Zaragoza 

Un día le llamó Cristian Álvarez, el portero del Real Zaragoza, desde su domicilio, un chalé en Garrapinillos, para que le encontrara el pozo. Así podía regar mejor el pequeño campo de fútbol que tiene. Y, al final, encontró agua en abundancia a 37-40 metros de profundidad. Hasta ese momento utilizaba el agua de la acequia.

“Parece que estos argentinos están más acostumbrados a este tipo de búsquedas. Le pasaron mi teléfono uno de los riegos del pueblo”, cuenta Morales, un forofo del Real Zaragoza que se quedó muy contento con este trabajo. Siempre tenía una cerveza dispuesta para poder trabajar y lo conoció en su casa.

El zahorí dice que es un fiel de la Virgen Pilar, el Heraldo, el Ebro y el Real Zaragoza.A Cristian lo traté como debía hacer”, señala. El coste habitual de las búsquedas tiene relación con el desplazamiento y los kilómetros que hagan (si son 200, les cobran unos 50 euros) y luego el uso de las máquinas.

Entre las búsquedas del agua, Francisco Morales se ha encontrado con dificultades geográficas de algunas localidades como Valdeorna, en la comarca del campo de Daroca, que pasa de seis habitantes en invierno a los 600 en las fiestas celebradas hace dos semanas y se les rompió la tubería de agua que llevaba colocada hace veinte años.

“El pueblo está en alto y hay una subida de la vega que obliga a tener que eleva el cauce del agua unos 200 metros, lo que tiene un coste inviable”, reconoce el zahorí. “Buscamos otros afluentes cerca del pueblo y es un reto para nosotros para no tener que bombear tanta agua porque tienen poco presupuesto y no les llega para ese gasto”.

Una residencia o un centro de Atades

Los encargos que recibe son muy variados y enumera que le han llegado recientemente uno de una residencia de ancianos en la Romareda,  y otro de un centro de Atades en el barrio del Actur, frente a la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ), para lograr el pozo de 70 metros de profundidad y así disponer de un huerto y un parque con césped, donde poder aprender los "chicos especiales".  

Morales establece las prioridades de los encargos en función de las necesidades y la situación de urgencia que tengan. “Me llamó la directora de la residencia porque salió un pozo seco y necesitaban agua para regar”, relata el zahorí. Cuando acudió al lugar había tres ingenieros que eran poco favorables con su actuación y se reían entre ellos. “Marqué el lugar y, al final, salió”, agrega.

En Agüero le llamó un cliente que quería montar una finca de almendros, pero Francisco Morales le indicó que no había tanta agua (necesitaría dos litros por segundo) para esa explotación con el cauce que descubrieron y le recomendó con los 1.000 litros por hora registrados que podía instalar un camping de autocaravanas por “la visión privilegiada” que tienen de la zona próxima de los mallos de Riglos. “Había poca agua pero se podía hacer un bombeo solar para abastecer a los clientes y dijo que iba a estudiarlo”, concluye el zahorí. 

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