La vendimia llega "muy temprana" y mermada por la sequía y el asfixiante calor

Las cuatro denominaciones de origen aragonesas esperan recoger en conjunto alrededor de 129 millones de kilos. La cosecha prevista es ligeramente superior a la producción de 2021, pero está lejos de las expectativas iniciales.

Vendimia de la bodega Sommos, de la D. O. Somontano.
Vendimia de la bodega Sommos, de la D. O. Somontano.
Sommos

El sector vitivinícola aragonés se las prometía felices en el mes de mayo. A salvo del fatal impacto que habían dejado en otros leñosos -almendro y frutal-, las heladas tardías de primeros de abril, con una brotación uniforme y generosa, ayudada por las adecuadas precipitaciones, y una buena floración, las cuatro denominaciones aragonesas -Cariñena, Campo de Borja, Calatayud y Somontano- comenzaban a presagiar "una gran cosecha". Pero llegó el mes de junio y con él unas abrasadoras temperaturas que no han abandonado la Comunidad en todo el verano. Y las positivas expectativas de cosecha se fueron al traste.

No solo eso. También adelantaron notablemente una vendimia que ha comenzado incluso con quince días de antelación en un mes de agosto con el mercurio todavía disparado.

Con los primeros granos de las variedades blancas más tempranas entrando ya en las bodegas, las denominaciones de origen aragonesas prevén recoger unos 129 millones de kilos de uva. La cifra en su conjunto es ligeramente superior a los 126 millones de kilos recogidos en la pasada campaña, condicionada por los graves daños que las continuas tormentas de pedrisco provocaron en los viñedos de Cariñena, la denominación más grande de Aragón que integra más de 14.000 hectáreas. Además, la producción estimada se encuentra muy lejos de aquella que podría haberse obtenido si el asfixiante calor y la ausencia total de precipitaciones hubiera dado una tregua en estos tres últimos meses.

Las primeras máquinas

Los campos de la D. O. Somontano son los primeros en los comienzan a trabajar las vendimiadoras. Suelen hacerlo todos los años alrededor del 15 de agosto, mucho antes que el resto de las denominaciones. En esta campaña ni siquiera han podido esperar a esa fecha. La madrugada del 10 de agosto los vendimiadores de las 30 bodegas de Somontano ya estaban a pleno rendimiento.

La denominación oscense prevé vendimiar unos 17 millones de kilos de uva, una producción sensiblemente menor a la de 2021 cuando se recolectaron 21 millones de kilos de uva recogidos el pasado año. "Se prevé una cosecha media", que, a pesar de las elevadas temperaturas, ha podido salvarse, explicaba entonces el presidente del consejo regulador, Francisco Berroy, gracias a la diversidad de suelos, con viñedos en zonas frescas y un 45% de regadío.

A la par que comenzaba la vendimia a las faldas del Pirineo se iniciaba también a los pies del Moncayo. El excesivo calor y la sequía hizo que fuera también a comienzos de la primera semana de agosto cuando algunas de las bodegas de Campo de Borja comenzarán la vendimia nocturna de las variedades blancas. "Tras un invierno con precipitaciones por encima de la media, una primavera algo seca pero con temperaturas suaves y sin heladas tardías, el estado de los viñedos apuntaba a una cosecha superior a la de los dos últimos años, por encima de los 30 millones de kilos", señala la denominación que preside Eduardo Ibáñez.

Sin embargo, las altas temperaturas soportadas desde el mes de junio, unidas a la escasa precipitación acumulada desde abril, han mermado las previsiones de cosecha, que el departamento técnico del consejo regulador de la D. O. sitúa en torno a los 26 o 27 millones de kilos, lo que equivale a una reducción de en torno a un 7% respecto a la del año pasado y de un 10% si se compara con la media de los últimos 10 años.

Habrá menos producción, pero será de gran calidad, porque estas condiciones climáticas son favorables para la sanidad del fruto, lo que unido a la utilización de las técnicas de confusión sexual contra las plagas extendidas por el 100% del viñedo de la denominación propiciarán que la añada de 2022 en Campo de Borja sea "excepcional".

Lejos de una cosecha mediaCon quince días de adelanto ha comenzado ya la vendimia en la Denominación de Origen Cariñena. "Va muy temprana. Medio mes antes y en pleno mes de agosto es una barbaridad", explica el presidente del consejo regulador, Antonio Ubide, que detalla cómo han ido cambiando las estimaciones en función de los caprichos del clima. Porque aunque el invierno fue seco en esta zona, antes de que brotaran las viñas, que lo hicieron muy tarde, "entre marzo y abril cayeron cerca de 200 litros". Con estas condiciones si se hubiera mantenido un calor "normal" en verano, esta denominación, la más antigua de Aragón, podría haber recogido hasta 100 millones de kilos, asegura Ubide.

Pero las continuas y sostenidas olas de calor no lo han permitido. Y eso que las previsiones incluso se han mejorado en los últimos días. "Pensábamos que habría unos 65 millones de kilos, pero la información que nos ha llegado desde las Atrias apuntan a una cosecha que rondará los 73 millones de kilos", detalla el presidente de la D. O. Esta producción es superior a los 63 millones del pasado año, una cosecha muy corta, malograda por el granizo, pero está lejos de la media de la denominación, que se sitúa en los 84 millones de kilos.

El grano se ha quedado pequeño y su rendimiento es hasta un 25% menor, pero además los efectos del desbocado mercurio se dejarán sentir en la próxima campaña ya que la viña está muy estresada, relata Ubide, y habrá menos yemas fructíferas. "El cultivo será menos fértil", dice. Como toda cruz tiene su cara, reconoce que, al menos, al ser el grano más pequeño hay más concentración de antocianos y polifenoles, por lo que "esto beneficiará al vino, que será más potente, aromático y redondo".

La más tardana

Más cauto en pronósticos se muestra Miguel Arenas, presidente de la D. O. Calatayud, la última en comenzar una vendimia, que, aunque este año viene adelantada, no se iniciará hasta finales de septiembre. "Falta todavía un mes y nos puede venir aún alguna granizada", señala Arenas, que reconoce que la previsión inicial de la denominación era vendimiar más de 13 millones de kilos, pero tras las olas de calor se estima que se mantendrá en cifras de la pasada campaña, unos 12 millones de kilos.

Eso sí, señala, aunque el grano es más pequeño la calidad y la sanidad es muy buena.

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