Las comunidades de vecinos de Aragón se preparan para el invierno más duro

Instalación de sensores de movimiento para la luz, independización de la iluminación por plantas o el retraso a la hora de encender las calefacciones son algunas de las medidas previstas.

De izquierda a derecha, Marisa Polo, Margarita Rigo y Miguel Ruiz.
De izquierda a derecha, Marisa Polo, Margarita Rigo y Miguel Ruiz.
HA

“El invierno que viene será uno de los más crudos que se recuerden”, señala Miguel Ruiz Lizondo, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón. Y es que este colectivo, acostumbrado a bregar con los problemas de nuestra vida diaria, llevan meses viendo cómo la situación empeora, inmersos en un clima marcado por una “tremenda incertidumbre” ante la crisis energética.

Mientras los administradores de fincas de Aragón continúan comparando ofertas, tanto de instaladoras como de suministradores de gas, calefacción y electricidad al tiempo que los precios no paran de subir; muchas comunidades han optado por paliar estos aumentos con medidas alternativas. “El problema es que no sabemos si estos precios se van a respetar. Ya lo vivimos el año pasado, a raíz de la guerra de Ucrania. Muchas empresas rompieron los contratos porque no podían soportar los gastos”, rememora Ruiz.

“En muchas comunidades hemos colocado detectores de presencia para el encendido de la luz, que tan solo dura 20 segundos; lo justo para meter la llave y entrar al domicilio”

Desde colocar paneles o placas solares, hasta reducir o modificar el horario de encendido de las calefacciones, por supuesto bajando la temperatura; pasando por novedades tecnológicas. “En muchas comunidades hemos colocado detectores de presencia para el encendido de la luz, que tan solo dura 20 segundos; lo justo para meter la llave y entrar al domicilio”, prosigue.

En otras, han optado por independizar la luz de las plantas, que tradicionalmente se prendía en todo el edificio independientemente de en qué piso se accionara el interruptor. Todo esto con un único objetivo: contener el gasto de las comunidades de vecinos de Aragón. “Según los datos que manejamos, el año pasado se aumentaron los presupuestos hasta en un 35% con respecto al año anterior, una realidad que muchas comunidades no aceptaron y a la que tuvieron que hacer frente a base de derramas extraordinarias”, explica. Una tónica que, asegura, no puede prolongarse en el tiempo.

“Cada comunidad es un mundo, y no todas las familias pueden permitirse semejante incremento en los gastos, una realidad a la que nos debemos adaptar dentro de nuestras posibilidades”, prosigue el administrador. Y es que, según sus datos, el gas se ha encarecido en torno a un 300% con respecto al año pasado; mientras que el precio del gasóleo casi se ha cuadriplicado: “En 2018, 15.000 litros de gasóleo costaba 5.000 euros, hoy son casi 18.000”, lamenta.

Dando palos de ciego

Sin embargo, el verdadero problema de todo esto es que nadie sabe hasta dónde puede llegar a endurecerse la situación: “Estamos haciendo lo que podemos, pero no es fácil. Estamos dando palos de ciego, preparándonos para un invierno crudo, muy crudo”, asevera Ruiz.

"Hemos presentado presupuestos en las comunidades que tienen gas y gasóleo con un incremento de aproximadamente el 25% de las cuotas"

“De cara a la próxima temporada hemos presentado presupuestos en las comunidades que tienen gas y gasóleo con un incremento de aproximadamente el 25% de las cuotas, y también se han tomado acuerdos de poder subir el precio del paso de agua caliente y calefacción y de poder pasar al cobro recibos extraordinarios para poder hacer frente a estas subidas sin necesidad de tener que hacer una Junta Extraordinaria”, explica Margarita Rigo, administradora de fincas de Jaca.

Y es que, en muchas comunidades se han dejado de lado reparaciones de albañilería, tuberías o tejados, para poder pagar el gasto energético de la temporada del invierno pasado y reponer la tesorería. “Es algo que repercute directamente en el mantenimiento de los edificios”, lamenta la administradora.

Del mismo modo, también en el pirineo aragonés -donde la mayoría de calefacciones comunitarias son de gasóleo- se acortará la temporada de encendido de calefacciones: “Si el año pasado en Jaca, por su climatología, tuvimos que encenderlas a finales de septiembre y apagarlas a mediados de mayo, tendrá que ser en el mes de octubre, a mitad o a finales cuando se pongan en marcha y apagar en abril o antes”.

“En Jaca, la mayoría de los propietarios son de segundas residencias. Para los que vivimos aquí y tenemos nuestra vivienda habitual en una comunidad donde somos minoría, se encarece mucho el coste de combustibles"

“En Jaca, la mayoría de los propietarios son de segundas residencias. Para los que vivimos aquí y tenemos nuestra vivienda habitual en una comunidad donde somos minoría, se encarece mucho el coste de los combustibles, por la climatología de la zona”, prosigue. Además, los no residentes tienen que pagar un “mínimo porcentaje” del gasóleo consumido, porque tiene que estar a su disposición cuando lleguen a sus apartamentos y abran el sistema de calefacción.

¿Dónde está el techo?

Marisa Polo, administradora de fincas en la provincia turolense, asegura que la situación se repite: “Llevamos meses revisando contratos para tratar de dar con la tarifa más adecuada, pero no es tarea fácil porque no sabemos lo que va a pasar”. De hecho, el colectivo asegura que se trata de “una realidad sin precedentes”.

“Esta subida de precios tan desorbitada no había ocurrido nunca. Desconocemos dónde puede estar el techo”, admite Polo. Mientras el gasóleo y el gas han aumentado en torno a un 300% su precio, el pellet, también en alza, ronda el 200%. “Esto está afectando a cualquier tipo de suministro energético”, asegura. Como explica la administradora, lo que realmente preocupa a los propietarios es el miedo de que llegue un momento en el que no puedan hacer frente a las subidas: “Nuestro papel es ajustarlo todo al máximo”. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión