Heraldo del Campo

Mil gallinas para cumplir el sueño de volver al pueblo

Ana Belén Andreu gestiona la granja Oriche, en Allueva (Teruel), en la que cualquier persona puede formar parte de ella apadrinando a una de sus gallinas.

Ana Belén Andreu junto a algunas de sus gallinas en la Granja Oriche.
Ana Belén Andreu junto a algunas de sus gallinas en la Granja Oriche.
A.A.

La Granja Oriche es un sueño cumplido. Hace tan solo cuatro meses –aunque esconde otros cuatro años de trabajo– Ana Belén inauguraba esta granja de gallinas camperas en el municipio turolense de Allueva, el lugar donde ha crecido y que ahora ha pasado a ser su forma de vida. Una granja familiar basada en el producto de calidad y el bienestar animal que le ha permitido asentarse en este municipio de la comarca del Jiloca. No es el primer proyecto que plantea en este territorio, "hace seis años lo intentamos con las abejas, pero en esta zona no terminaba de funcionar", explica la turolense.

Andreu es la única trabajadora de la granja, aunque a veces cuenta con la ayuda de su familia. Ella se encarga desde la crianza y recogida hasta el reparto en furgoneta, "siempre digo que soy ‘Anazon’", bromea. Aunque, debe prestar especial atención a este momento. "El huevo es un producto muy delicado. Mientras reparto, nunca dejo la furgoneta al sol y siempre están refrigerados", explica.

Actualmente, tiene más de una hectárea de terreno para criar a las 1.000 aves con las que cuenta –aunque la instalación está prevista para albergar a 2.000– y que pueden llegar a dar 850 huevos al día.

La gallina Catalina en las instalaciones de la granja.
La gallina Catalina en las instalaciones de la granja.
Granja Oriche

Un clásico algo moderno

Oriche es proyecto que combina el trabajo tradicional con alguna de las tendencias de nuestro día a día.

Las gallinas se alimentan con un pienso personalizado de una elaboración antigua. "Utilizamos un pienso de ‘los de siempre’ basado en el cereal y las gallinas se crían en total libertad, como en la vieja usanza", explica. Incluso, "algunas ponen los huevos en las hierbas, esos son camperos 100%", cuenta Andreu.

La innovación y adaptación a los tiempos se encuentra a la hora de comprar. Sus pedidos se realizan por ‘WhatsApp’ o a través de las redes sociales y a los pocos días Andreu acude de puerta a puerta a entregarlo. También, cuenta con la venta bajo suscripción, con la que sus clientes reciben las docenas deseadas todos los meses en sus casas. Además, sus pagos se hacen por la aplicación ‘bizum’. "Es cuestión de adaptarse a todas las generaciones y dar facilidades", explica la turolense. "En algunos sitios la gente hace el encargo en el bar del pueblo y acudo allí a dejarles su pedido", añade.

Una de últimas novedades que han incorporado es el poder apadrinar una gallina. "A los pequeños, y no tan pequeños, les encanta", confiesa Andreu. El ave apadrinada podrá tener el nombre que el cliente quiera y llevarán una anilla de color, "después les voy enviando fotos y les cuento como están o que hacen", explica. "Está teniendo muy buena aceptación. La gente siente integrada en el proyecto y se preocupan por su ‘pequeña’", cuenta.

Por otro lado, con el objetivo de dar a conocer su producción, este fin de semana visitaba por primera vez un mercadillo. El XXI mercado medieval de Daroca acogía un puesto de la Granja Oriche, como prueba para "conocer como responde el producto a las altas temperaturas y poder plantear acudir a más ferias", explica Andreu.

Gallinas felices

Desde el pienso hasta su forma de crianza contribuyen en el resultado de producto, "cambia su color, tamaño y sabor", explica Andreu.

Uno de los valores de la granja es preservar el bienestar animal. "Son gallinas felices", confiesa la granjera, lo que permite "tener un producto de gran calidad", añade.

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