Fallece el sacerdote Manuel Almor Moliner, vicario para la vida religiosa de la Diócesis de Zaragoza

Acaba de fallecer, a los 80 años, el sacerdote Manuel Almor Moliner, vicario para la vida religiosa de la Diócesis de Zaragoza. Este ha sido el último cargo que ha ostentado en una vida entregada a la Iglesia desde que fuera ordenado sacerdote en 1966. Licenciado en Teología por la Universidad de Navarra, ocupó diferentes cargos en su dilatada vida sacerdotal, desde sus inicios como coadjutor de Mequinenza, encargado de Fayón, ecónomo de Nonaspe y profesor de Religión en la Delegación Diocesana de Enseñanza y Catequesis.

Desempeñó, también, los cargos de delegado episcopal y director general de la Obra Diocesana Santo Domingo de Silos. Asumió en 1980 la dirección del colegio ubicado en el barrio de Las Fuentes, que era por aquel entonces uno de los más grande de Europa, y mantuvo el cargo de director general hasta 2006. 

Fue miembro del Consejo Diocesano Pastoral y del Consejo Presbiteral, Canónigo del Pilar desde 1999, delegado Episcopal de Enseñanza desde 2006 y deán presidente del Cabildo Metropolitano desde 2007. El arzobispo Manuel Ureña le nombró vicario general el año 2011, donde coordinó la curia diocesana y atendió el día a día de la archidiócesis, y fue elegido, tras la renuncia de Manuel Ureña, administrador diocesano de la diócesis de Zaragoza, lo que le supuso participar en la Conferencia Episcopal hasta la designación de Vicente Jiménez como arzobispo. Continuó como vicario general, también con el arzobispo Carlos Escribano. Hace unas semanas, dejó sus tareas y pasó a ser vicario episcopal para la vida religiosa.