solidaridad

"En cincuenta y tantos kilómetros no hemos encontrado ni un bar"

Dos amigos completan pedaleando el Camino del Cid, de Burgos a Valencia, dentro de un reto solidario que recauda fondos para Senegal. Hoy prevén alcanzar Calamocha.

Íñigo Moreno y David Saiz, con el perfil del castillo de Bijuesca al fondo.
Íñigo Moreno y David Saiz, con el perfil del castillo de Bijuesca al fondo.
Heraldo

Entraron ayer por Berdejo y tienen previsto seguir a lo largo del día de hoy hasta Calatayud y, desde ahí, a Calamocha. Tienen seis días para cubrir 600 kilómetros y han de apurarse para que salgan las cuentas. Son David Saiz e Íñigo Moreno y están completando estos días el Camino del Cid, de Burgos a Valencia, por una buena causa.

"Colaboramos con la oenegé Bicicletas sin Fronteras y nuestro propósito con este reto es lograr recaudación para lograr que los chavales de Senegal puedan ir en bici a la escuela", cuenta Saiz sobre un proyecto más ambicioso que solo conseguir fondos para entregar bicicletas. "La oenegé ha conseguido que las bicis creen cierta dinamización económica en la zona" y, de hecho, han diseñado un vehículo propio, adaptado a las condiciones de los paisajes del Senegal, que han dado en llamar baobike. Es una bici "sencilla, robusta y muy resistente, que se puede conducir sin problemas y con neumáticos antipinchazos", explican.

Las bicicletas 'baobike' que se están popularizando en Senegal.
Las bicicletas 'baobike' que se están popularizando en Senegal.
Bicicletas Sin Fronteras

"Teníamos unos días y decidimos hacer el reto solidario", comenta Íñigo Moreno, que es el encargado de diseñar la ruta lo más cercana posible al clásico camino del Cid, "pero echando mano también de las vías verdes". Así, los dos amigos salieron de Burgos, tienen previsto pasar un par de días en tierras aragonesas y enfilarán Valencia después de recorrer parte de la vía de Ojos Negros. "La idea es llegar a Sagunto el martes. Vamos por caminos y en la provincia de Teruel tendremos que pedalear desde Calamocha hasta Sarrión", explica Moreno, que ejerce de 'nagevante y navegador' por los pueblos de la Celtiberia zaragozana.

La pareja entró ayer a Aragón a través de Berdejo y se felicita de la buena acogida que están teniendo en los pueblos conforme les explican el proyecto. "Hoy nos hemos subido a la bici a las 7.30 y acabamos de desayunar en Bijuesca pasadas las doce de la mañana. De Soria a Zaragoza, en cincuenta y tantos kilómetros, no hemos encontrado una localidad con un bar", explican, dando pie a una reflexión sobre la despoblación en torno a la antigua carretera nacional 234. “Al menos, en Bijuesca hemos podido disfrutar de las vistas del castillo y también de un baño en la cascada”, comentan.

El objetivo de los dos ciclistas es alcanzar unos 1.200 euros para financiar bicicletas para las escuelas de Dakar. De momento, a través de la página web ‘Mi granito de arena’ buscan micromecenas para su aventura. “El proyecto no solo tiene beneficios en el rendimiento académico de los niños, sino también en su salud y la mejora de las condiciones de vida de la región”, comentan. Allí, en la capital de Senegal, Bicicletas Sin Fronteras está más que asentada y cuenta con talleres y con mecánicos a los que, incluso, se les imparte formación.

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