La sequía y el calor siguen sin dar una tregua a los embalses aunque los regantes "resisten" con cupos

El agua almacenada en la cuenca del Ebro alcanza los 4.600 hectómetros, por debajo del mínimo de los últimos 5 años.

Búbal, en la cabecera de la cuenca del Gállego, tiene almacenados 10,8 hectómetros cúbicos, lo que supone solo un 17,2% de su capacidad.
Búbal, en la cabecera de la cuenca del Gállego, tiene almacenados 10,8 hectómetros cúbicos, lo que supone solo un 17,2% de su capacidad.
Javier Cebollada/EFE

La prolongada sequía y las altas temperaturas siguen sin dar una tregua a los embalses de la cuenca del Ebro, que han perdido un 3,2% del volumen de agua almacenada en la última semana y alcanzan los 4.597 hectómetros cúbicos, según los últimos datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Eso representa un 58% de la capacidad total, lo que implica 12 puntos menos que en 2021 y por debajo del mínimo de los últimos cinco años (63%).

Una situación que coincide con el pico de demanda de los regantes, que están "resistiendo" con prorrateos, como afirma José Luis Pérez, presidente del Canal de Aragón y Cataluña, que cuenta con unas reservas de 736 hectómetros cúbicos.

No obstante, hay diferencias ya que los embalses del río Ésera se encuentran "dentro de la normalidad para estas fechas" (San Salvador está al 96% de su capacidad y Barasona, al 78%). Sin embargo, los niveles del río Noguera Ribagorzana son más preocupantes ya que están "más bajos de lo habitual, aunque tendrá más efectos negativos de cara a próximas campañas", advierte Pérez. Y es que Canelles se encuentra al 38%, Santa Ana al 48% y solo se salva Escales, al 79%.

"El problema es que los ríos están bajo mínimos en cuanto a aportaciones, que es lo que nos temíamos después de un invierno con poca nieve", explica el presidente, quien hace hincapié en que, además, "las temperaturas altas tan prolongadas exigen todavía más necesidad de riego".

Por su parte, los usuarios del sistema de Riegos del Alto Aragón -que suma 637 hm3- también están con cupos. "Vamos a salvar el verano pero con reducciones. El agua que hemos comprometido se podrá servir, pero si no cambia esto no va a poder haber más repartos", se teme César Trillo, presidente en funciones. En este sentido, calcula que las comunidades modernizadas dejarán de sembrar un 20% de lo previsto, y en aquellas con riego por gravedad, la pérdida puede llegar al 35 o 40%. "Se van a ver afectados sobre todo en cultivos como el arroz, que son más consumidores de agua", resalta.

En la cuenca del Cinca, el Grado se encuentra casi el 80% de capacidad con 318 hectómetros, pero Mediano apenas llega al 30% (135). Y en el Gállego, La Sotonera almacena 143 hectómetros y se sitúa en el 75% mientras que el resto son más pequeños (Lanuza está al 98%, Búbal al 17% y La Peña al 54%). "No ha habido aportaciones desde abril y el deshielo fue muy rápido. Las dos cuencas están muy mal y lo peor es que las aportaciones de ambas son irrisorias", lamenta Trillo. 

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