Agricultores afectados por el pedrisco en Monegros: "Me he quedado sin cosecha a un día de recogerla"

La tormenta de granizo de este pasado jueves ha causado afecciones importantes en varias zonas de cultivo de Leciñena, Senés de Alcubierre, Torralba de Aragón, Almuniente y Callén.

José Manuel Allué, agricultor de Senés de Alcubierre.
José Manuel Allué, agricultor de Senés de Alcubierre.
P.P.

Hace tan solo unos días, José Manuel Allué, agricultor de Senés de Alcubierre, recorrió sus campos y planificó el inicio de su cosecha. Tenía previsto obtener una buena producción y además, ver recompensado su trabajo con unos precios históricos. A solo un día de regresar a sus parcelas y entrar con la maquinaria, la situación cambió, dejándolo prácticamente sin nada que recoger ni trasladar a los mercados.

El granizo que cayó este pasado jueves arrasó varios campos de cultivo de diferentes municipios de Los Monegros. Senés de Alcubierre fue uno de los más afectados, con entre 400 y 500 hectáreas dañadas. Dentro de ellas, Allué tiene unas 40. El trigo, los guisantes y la cebada son los cultivos más perjudicados. "Me he quedado sin cosecha a un día de recogerla", indica el agricultor, con la capacidad de resumir en una sola frase su situación actual.

Su caso no es único. Otros muchos agricultores también han perdido prácticamente todo a las puertas de comenzar la campaña. La tormenta se formó en la sierra de Alcubierre y en su camino, afectó a zonas muy concretas de Leciñena, Senés, Torralba, Almuniente y Callén. De momento, se desconoce el número total de hectáreas afectadas.

En Senés de Alcubierre, la tormenta comenzó sobre las 19.00 y cayó muy seca. En total, se recogieron unos 19 litros por metro cuadrado. "Las piedras eran del tamaño de las aceitunas y durante unos minutos, cayeron sin agua, acabando con todo en cuestión de minutos", explica Allué. "Hay campos totalmente arrasados y otros, sin afección alguna. El pedrisco afectó a una zona determinada", explica.

"Ahora solo queda esperar a las peritaciones y confiar en que sean adecuadas", añade, asumiendo su nueva realidad. "Aunque duele, ya sabemos que estamos expuestos a este tipo de situaciones", subraya, reconociendo que este año resulta especialmente difícil quedarse sin coger cebada. Y es que los precios están por las nubes. De hecho, se sitúan entre los 350 y los 380 euros por tonelada. Hace dos años, rondaban los 180.

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