Miriam Gañán: "La obsesión por los 'likes' también puede ser ludopatía"

Tras 21 años en Azajer, Miriam Gañán asume la dirección del centro con el reto de mejorar el reconocimiento de la entidad y asegurar sus recursos.

MIRIAM GAÑAN, NUEVA PRESIDENTA DE AZAJER EN LA SEDE DE LA ENTIDAD EN ZARAGOZA / 27-05-2022 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ[[[FOTOGRAFOS]]]
Gañán dirige la asociación que lucha contra la ludopatía
Francisco Jiménez

Azajer lleva 33 años tratando adicciones. ¿Cómo empezó todo?

Un grupo de personas con problemas con el juego se empezó a juntar. Pasaron por psicólogos, psiquiatras y médicos, pero no encontraban una respuesta a lo que les estaba pasando. Así que decidieron montar una asociación.

Las adicciones más comunes de entonces eran...

El bingo y las tragaperras de los bares.

¿Y ahora?

Ahora hay de todo. Hay problemas con el juego presencial, pero sobre todo con el ‘on line’. Nos estamos encontrando muchos jóvenes, cada vez más.

¿Cuánta gente ha pasado por Azajer en todo este tiempo?

Entre enfermos y familiares, unas 13.000 personas.

"Hay problemas con el juego presencial, pero sobre todo con el ‘on line’. Nos estamos encontrando muchos jóvenes, cada vez más"

Habla de enfermos y familiares.

Sí, es que no solo tratas a la persona que tiene la ludopatía. El cambio que se busca afecta a toda la estructura familiar, desde los padres hasta la pareja.

¿Qué casos les han marcado?

Son muchas historias, y algunas muy complicadas. Recuerdo un chico que vino de Ucrania hace unos años. Lo habían adoptado con 18 años, y cuando empezamos a rascar salieron cosas muy duras, la comida que tenía en los orfanatos, los malos tratos, el robar por comida... Ahora está rehabilitado, hizo una carrera y tiene trabajo.

Parece que estos dramas no ocurren hasta que te tocan de cerca. ¿Sigue siendo una enfermedad silenciada?

Totalmente. Es algo que queda en casa. Muchas familias tienen una vida normal. Los ludópatas funcionan en sus trabajos, salvo que haya un robo. Cuando estalla la bomba, la familia paga las deudas y le da una segunda oportunidad, lo cual es un error. Cuando le pagas la deuda a un ludópata la cosa se tranquiliza, está dos meses sin jugar y luego vuelve a lo mismo.

"Los ludópatas funcionan en sus trabajos, salvo que haya un robo. Cuando estalla la bomba, la familia paga las deudas y le da una segunda oportunidad, lo cual es un error"

¿Qué ‘salta’ en una familia para ver que hay un problema?

El tema económico. Se dan cuenta cuando el ludópata ha pedido un crédito rápido o ha dejado la cartilla en blanco. Cuando ven que el día 1 o el 5 no hay dinero, o cuando se enteran de que han pedido dinero a algún amigo o familiar.

¿Hay que ser valiente para cruzar la puerta de Azajer?

No, generalmente no es cuestión de valentía. De las personas que empiezan un tratamiento, los que vienen por propia voluntad son los menos. Suele ser gente a la que sus parejas o sus padres les exigen empezar un tratamiento para seguir viviendo juntos.

¿Habría que visibilizarlo más?

Públicamente sí que se habla cada vez más. Hace años no se sabía lo que era la ludopatía, pero ahora das charlas en los colegios y los chicos saben de lo que hablas.

"Hay un problema ahora con las redes sociales. Hay chicos enganchados que tienen que subir todo lo que hacen, que se frustran cuando no pueden conectarse"

En muchos hogares hay una brecha grande entre los padres y sus hijos. ¿Pueden tener los chavales adicciones a ‘vicios’ que los progenitores ni saben que existen?

Hay un problema ahora con las redes sociales. Hay chicos enganchados que tienen que subir todo lo que hacen, que se frustran cuando no pueden conectarse, que tienen la obsesión permanente de obtener ‘likes’ o ‘me gusta’ a sus publicaciones. Eso también puede ser ludopatía.

Se puede ser adicto a Instagram.

Claro, allí tú escondes la realidad, te comunicas de una manera no real. Son personas con carencias emocionales, que tienen complejos y que no se muestran tal y como son. Hay gente superenganchada que se va a la cama con el móvil, lo tiene al lado y no duerme por si les salta un ‘like’ o un whatsapp.

¿Deben los padres controlar los terminales de sus hijos?

Sí. Muchas veces hay que tener un control parental. Los adolescentes no deben irse a dormir con el móvil. Hay que fomentar un uso responsable, pero también se puede controlar el historial para ver cómo y de qué manera lo usa.

¿Se deja de ser ludópata?

No. El juego siempre está ahí. Por eso hay que tener una abstinencia total. En el momento en el que echas una moneda o juegas ‘on line’, no puedes parar.

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