Aragón tuvo su propio Guernica

Alcañiz sufrió el 3 de marzo de 1938 un gran bombardeo previo a la batalla de Aragón en el que hubo cientos de muertos, aunque menos que en la localidad vasca.

Bombardeo de Alcañiz.
Bombardeo de Alcañiz.
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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha equiparado este martes en el Congreso de los Diputados lo que ocurre actualmente en su país con el bombardeo que sufrió Guernica el 26 de abril de 1937. Entonces, la ciudad vasca fue atacada por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, que combatían en favor del bando sublevado contra el gobierno de la Segunda República Española. 

El bombardeo se prolongó durante más de tres horas y se estima que se lanzaron sobre la localidad más de 30 toneladas de bombas. Casi todos los edificios quedaron destruidos, y aunque nunca ha habido una cifra exacta ni fiable de víctimas mortales, el Gobierno vasco registró en su día 1.654 fallecidos y 889 heridos. Las últimas indagaciones, sin embargo, rebajan el número de muertos a entre 250 y 300.

Aragón también tuvo su propio Guernica durante la contienda. Ocurrió el 3 de marzo de 1938 en Alcañiz, seis días antes de que comenzara la batalla de Aragón. En menos de dos minutos cayeron sobre la localidad turolense 10.000 kilos de explosivos, que habrían causado en torno a 500 muertes, aunque la cifra nunca se hizo oficial. Según explicó a este periódico el historiador José María Maldonado en una entrevista tras la publicación de su libro 'El bombardeo olvidado', se trataría "de uno de los tres mayores bombardeos de toda la Guerra Civil". "En Guernica se han dado muchas cifras, desde un centenar hasta un millar. En todo caso, por encima de Alcañiz solo estarían Guernica y un bombardeo en Barcelona el 18 de marzo del 38", explicaba Maldonado.

José María Maldonado, días atrás en Zaragoza.
José María Maldonado.
Raquel Labodía

A su juicio, el objetivo del ataque era reparar la batalla de Aragón, aunque para el autor "lo tremendo" fue que se llevara a cabo "en pleno núcleo de Alcañiz". "La orden que dan los italianos a sus pilotos es el bombardeo por avistamiento: en el momento en el que veían el pueblo, soltaban las bombas. A todos, de izquierdas y de derechas. Por eso, la parte inicial del pueblo viniendo de Zaragoza fue la más castigada", indicaba el autor del libro.

De sus aciagos efectos, sin embargo, apenas trascendió nada: "La noticia aparece en los periódicos al día siguiente, pero después se olvida. En el fondo es lógico: a los republicanos no les interesaba que la gente se desmoralizara y silenciaron el bombardeo; y por la otra parte, cuando los nacionales llegaron a Alcañiz vieron la masacre causada y evitaron decir que eran los responsables. Por ambos lados hubo una voluntad de enterrar la noticia", contaba Maldonado.

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