La comunidad ucraniana duplica esfuerzos un mes después de la invasión rusa para enviar material humanitario a la frontera y ayudar a los más de 1.300 refugiados que han llegado a la región. En las últimas semanas, explicó la presidenta de la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón (AURA), Alina Klochko, han salido cuatro camiones desde la nave habilitada en Plaza y actualmente se está a la espera de que vuelvan de Rumanía para hacer al menos tres envíos más.

Según indicó, el almacén está "lleno" gracias a las muestras de solidaridad recibidas desde el estallido del conflicto. Las instituciones insisten en que lo que más se necesita ahora no es ayuda material, sino donaciones económicas a las entidades que se encargan de la primera acogida. No obstante, la asociación también trabaja para dotar de ropa y bienes imprescindibles a las personas que han abandonado su hogar y han decidido iniciar una nueva vida en la Comunidad. "Quienes vienen lo hacen con una mochila pequeña o, directamente, sin nada. Necesitan nuestra ayuda", explicó Klochko.

Ocurre, por ejemplo, con el material escolar. "Necesitamos cuadernos y lapiceros", agregó, en referencia a los más de 80 menores ya escolarizados y a los que siguen las clases de su país gracias a las nuevas tecnologías.

El colectivo se mantiene en contacto permanente con el Gobierno de Aragón y la embajada de Ucrania en España. Actualmente, indicó la presidenta de AURA, "hay más transporte disponible" que gente esperando en la frontera. "Los rusos no han respetado los corredores humanitarios. Muchas personas tienen miedo y prefieren seguir escondidas en sótanos", aseveró.

Hacer pronósticos con una persona "loca" como Putin es, en su opinión, "muy complicado". Confía, pese a todo, en que el conflicto acabe "pronto".

La mayoría de los compatriotas que han llegado a la Comunidad en el último mes, indicó Klochko, quieren volver a Ucrania. "Yo les entiendo, tienen todo allí. A mí también me costó. Están preocupados por cómo van a ganarse la vida. No quieren ayudas, quieren trabajar. Tienen acceso al permiso necesario en 24 horas, pero sin conocer el idioma les es muy difícil encontrar un oficio. Muchos se ponen en contacto con la asociación, donde tratamos de tranquilizarles y ayudarles en todo lo posible", afirmó.