sanidad

La presión por coronavirus cae a la mitad en diez días en los hospitales de Aragón

El Provincial, que registró el primer muerto por covid hace dos años, tiene 9 pacientes con este virus.

Servicio de Medicina Interna del Hospital Nuestra Señora de Gracia, de Zaragoza.
Servicio de Medicina Interna del Hospital Nuestra Señora de Gracia, de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La séptima ola de la pandemia de coronavirus en Aragón sigue perdiendo fuerza. Con 257 casos cada 100.000 habitantes, la incidencia acumulada a siete días se sitúa en los niveles de hace tres mes, cuando empezó a subir la curva epidemiológica. Con la cifra de contagios diarios por debajo de mil desde hace dos semanas -Salud Pública notificó este miércoles 543-, desciende también la presión hospitalaria. En estos momentos hay 191 pacientes con covid ingresados, 40 de ellos en la uci, justo la mitad de los que se contabilizaban hace tan solo diez días (382). En este escenario, los centros sanitarios van recuperando su ritmo habitual de asistencia, liberando así camas reservadas al virus.

El Clínico y el Miguel Servet siguen siendo los que más camas ocupadas por enfermos con coronavirus tienen, con 40 y 39, respectivamente. Le siguen el Hospital de Barbastro (28), el San Jorge (21) y el Royo Villanova (18). Son cifras que se alejan, y mucho, de las registradas en el pico de la ola. El máximo de ocupación hospitalaria se alcanzó el 16 de enero, cuando se rozaban los 900 pacientes covid que requerían ingreso. El Hospital Nuestra Señora de Gracia (Provincial) tiene ahora 9 enfermos con esta patología, dos de ellos en cuidados intensivos, tal y como publicó ayer el portal de Transparencia de Aragón. Este centro confirmó el primer fallecido por covid en la Comunidad. Fue el 6 de marzo de 2020. Tal y como recuerda el doctor Juan Jiménez-Muro, entonces jefe de servicio de Medicina Interna de este hospital, "hace dos años no se sabía nada de esta enfermedad". "Llegaban informaciones de otros países que ya empezaban a alertarnos -explica-. Al principio, se establecieron criterios de actuación y protocolos que eran muy cambiantes en función de cómo se iba conociendo la enfermedad. Los protocolos de tratamiento al principio eran ineficaces y muchas veces producían efectos secundarios graves. Se trabajaba con mucho estrés durante jornadas agotadoras. Los profesionales se entregaron por completo". Con la primera ola, al igual que hicieron el resto de hospitales, en el Provincial se estableció un gabinete de crisis para ir adaptando los recursos a las necesidades: "Ha sido una pieza clave en la organización".

Se delimitaron áreas para pacientes covid, que se iban ampliando conforme llegaban nuevos ingresos: "Se empezó por la planta de Medicina Interna y cuando fue necesario se amplió a la de Geriatría. La uci estaba llena y hubo que duplicarla disponiendo camas para pacientes críticos en zonas quirúrgicas".

Tras esa primera ola en la que primaba el desconcierto y el desconocimiento, llegó la tercera, en noviembre de 2020. "Fue la peor -puntualiza Jiménez-Muro. El pico fue el día 3 de ese mes, con casi 60 camas con enfermos covid y la uci llena. En un hospital de nuestro tamaño, esto supone una ocupación del 75% del área médica". La pandemia fue avanzando, haciendo frente a los sucesivos brotes, hasta que en octubre de 2021, tras la sexta ola, el Provincial se quedó libre de covid. Una situación, sin embargo, que se alargó solo unas semanas: "El primer ingreso de esta última ola fue el 28 de noviembre pasado. Poco a poco fueron aumentando los pacientes, confirmando una subida franca a partir de la primera semana de diciembre".

Reincorporación temporal

El doctor Jiménez-Muro había solicitado la jubilación al terminar esa sexta ola: "Me despedí diciendo que si volvía una nueva ola y me necesitaban podían contar conmigo". Contra todo pronóstico, la pandemia empeoró y él se reincorporó a los cuarenta días de haberse retirado del mundo laboral. "No es ninguna novedad, otros compañeros también lo han hecho", indica. Tal y como resume: "Me encuentro muy a gusto y es un orgullo para mí compartir el trabajo en esta ola con todos mis compañeros del hospital y más concretamente de la planta de Medicina Interna. Cuando esto se normalice, volveré a mi situación de jubilado".

La bajada de la ola conlleva una vuelta paulatina a la normalidad: "Si llegamos a cero pacientes covid, como en octubre, no habrá camas reservadas para coronavirus, pero tenemos experiencia y estamos preparados para activar el plan de contingencia en el momento que sea necesario". A pesar del conocimiento que aporta una larga carrera profesional y dos años intensos de pandemia, el doctor Jiménez-Muro no se atreve a predecir la evolución de la crisis sanitaria: "Creo que nadie sabe con certeza si habrá una nueva ola y de qué magnitud será. Los hospitales se irán recuperando poco a poco conforme baje el número de ingresados por covid. Por el bien de todos espero que esto se produzca pronto”.

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