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La UME de Aragón regresa de la erupción del volcán en La Palma
Un subgrupo de 36 efectivos de la Base de Zaragoza ha estado apoyando durante dos semanas a sus compañeros procedentes de la unidad de Sevilla.
Un subgrupo táctico con 36 efectivos del IV Batallón de Intervención de Emergencias (BIEM IV) destinado en la Base de Zaragoza regresa este miércoles de la La Palma después de pasar dos semanas apoyando a los compañeros de la Unidad de Militar de Emergencias (UME) de Sevilla, que llevan cuatro meses en la isla de Canarias debido a la erupción del volcán en la isla canaria.
El capitán Marcos García valora que este suceso “ejemplo de la fuerza de la naturaleza” ha provocado que se preparen “como en sus ejercicios de guerra NBQ” pero ante “un enemigo real”, con sustancias nocivas, y no de película. “Hemos estado instruidos con el riesgo que supone la emisión del azufre", mientras que los vecinos deberán estar pendientes siempre de estos gases, ha detallado.
Una de sus funciones se ha centrado en la vigilancia y observación del volcán, que lleva ocho días sin movimiento, para facilitar información monitorizada para la población. También han ofrecido datos sobre los gases de emisión durante 24 horas y, además, aliviado la presión de las cenizas en las infraestructuras para evitar que sean sepultadas.
Unos ejercicios suspendidos en 2020
Lo curioso es que en marzo de 2020, la pandemia provocó que se suspendiera un ejercicio combinado que iba a celebrarse en las Islas Canarias sobre la erupción volcánica. Los efectivos de la UME de Aragón Iban a llevar una sección de simulación desde la Base de Zaragoza en las maniobras que dirigían los compañeros de los batallones de Sevilla y Madrid
La erupción del volcán de La Palma ha llevado a efectivos aragoneses en noviembre y en diciembre, y está previsto que otro subgrupo se sume dos semanas desde el día de Reyes, el 6 de enero. Bajo la dirección del capitán Marcos García, han actuado los 38 militares de la UME de Aragón y, en total, 115 efectivos, junto a otros batallones destinados y un subgrupo del Ejército de Tierra.
La vigilancia del volcán, la retirada de la ceniza, la reacción rápida para acompañar a vecinos a sus viviendas, o el mantenimiento son las tareas que efectúan los miembros de la UME, que han convivido en esta fase el silencio del volcán hace ocho días. “El ruido del volcán impresiona como un ejemplo de la fuerza de la naturaleza. Nos sentimos muy reconocidos por la población, pero nuestra familia sabe que la UME nos exige mucho”, concluye el capitán, poco antes de regresar a Zaragoza donde pasarán las Navidades con los suyos.
