Día de la Filosofía: alumnos y profesores sacan los falsos mitos de la caverna

Celebramos la jornada reflexionando sobre esta disciplina junto a Jorge León, profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Zaragoza y dos de sus alumnos: Álex Oliva, de primer curso, y Amelia Santos, que está a punto de terminar. Con ellos disipamos la leyenda negra que aún acompaña a estos estudios: "Están cambiando mucho los perfiles laborales y las salidas de la filosofía".

Jorge León, profesor de Filosofía de la Universidad de Zaragoza, charla con sus alumnos Amelia Santos, de cuarto curso, y Álex Oliva, que acaba de empezar la carrera.
Jorge León, profesor de Filosofía de la Universidad de Zaragoza, charla con sus alumnos Amelia Santos, de cuarto curso, y Álex Oliva, que acaba de empezar la carrera.
Guillermo Mestre

Jorge León tiene 39 años y una doble licenciatura, en Arquitectura y en Filosofía. Es esta última la que ahora le da de comer, como profesor en la Universidad de Zaragoza. Allí, la Facultad de Filosofía tiene en estos momentos 80 alumnos por curso, el máximo (más, por cierto, que en Arquitectura). En 1º hay gente que se ha quedado fuera. No fue el caso de Álex Oliva, de 19 años, que acaba de empezar la carrera tras pasarse el anterior matriculado en Química pero devorando libros de filosofía. Le quedan aún tres años para enfrentarse al mundo laboral, ese que, según la asunción general, ni remotamente tiene un hueco para graduados en estos estudios y que, sin embargo, los reclama en campos hasta hace poco impensables como la tecnología de vanguardia o la ingeniería. 

Más allá de las metas profesionales, para la mayoría de los que se deciden por la Filosofía, el camino ya merece la pena: "He aprendido un montón y soy muy diferente a la persona que era cuando empecé la carrera", dice Amelia Santos, que estudia el último curso. "He descubierto autores y compañeros. Lo que he ganado como persona es con lo que me quedo".

Con ellos tres celebramos el Día de la Filosofía, en un intento por disolver con argumentos y realidades tópicos y prejuicios que aún acompañan a esta carrera.

CON LA FILOSOFÍA TE MUERES DE HAMBRE

Pasa como cuando uno es abstemio. Que hay que explicarlo. Decir que se estudia Filosofía pura genera a menudo extrañeza, ha de acompañarse de una argumentación.  Sobre todo por la leyenda negra que dibuja un futuro del mismo color a quienes se deciden por ella. Sería algo así como el colmo de los colmos de las carreras de letras. Consciente o inconscientemente, ese baldón pesó en nuestros tres protagonistas: ninguno de ellos cursa o ha cursado la carrera de Filosofía como primera opción.

"Yo empecé en Arquitectura, donde se trabajaba mucho pero se leía poco. Así que me dio por leer a autores que me interesaban desde el instituto, donde se produjo mi primer contacto con la Filosofía. Pasé de Nietzsche a otros autores, hasta que llegué a Kant... y no entendí nada", recuerda Jorge León. 

Ese 'pique', esas ganas de saber, están también en el origen del interés de Álex por apuntarse a Filosofía: "Estudié un año de Química, pero todo el curso me dediqué a leer filosofía por mi cuenta. Con 'La crítica de la razón pura' duré tres páginas, aunque descubrí que era lo que más me gusta y aquí estoy. Al principio no lo tenía claro, pero es verdad que tiendes a descartar la filosofía subconscientemente porque te vas a morir de hambre y esas cosas".

"A las ciencias las rodea mucho más prestigio y se da por hecho que tienen más salida, aunque en realidad es muy complicado igualmente".

Amelia, lo mismo: "En realidad, la filosofía me había gustado mucho en Bachillerato, pero me pasaba como Álex, inconscientemente piensas que no puedes estudiar eso. Cuando acabé otros estudios superiores de Audiovisual, pervivía en mí ese interés por el mundo, por entender cosas. Conforme crecía iba intensificándose. Al principio lo podía ignorar, pero luego ya no. Empecé interesándome por temas de feminismo y luego por la política... Leía, pero conforme profundizaba los autores hacían referencia a otros autores... Y entonces pensé: "Aquí hay mucho que me gustaría entender".

Amelia opina que "en general, a las ciencias las rodea mucho más prestigio y se da por hecho que tienen más salida, aunque en realidad es muy complicado igualmente".

ESO PARA QUÉ SIRVE

La aparente falta de objetivo práctico o productivo es otro de los muros contra los que en ocasiones se choca la filosofía.

"La aplicación práctica de la filosofía no es tan evidente como en otros casos, sobre todo cuando esto se valora en el contexto de la productividad", reflexiona Álex. Para Amelia es algo que se acentúa en Filosofía, que se extiende a todas las carreras de letras: "La gente cree que no tiene un objeto de estudio, que es multidisciplinar".

"Una de las cosas que se aprende muy bien en filosofía es a meterte en sistemas de pensamiento diferentes y esto genera una enorme capacidad laboral".

Habla el profesor: "Suelo decirles a mis alumnos que ese es un prejuicio que se ha instalado con cierta razón porque hubo años en los que estudiar filosofía apenas tenía como fin terminar dando clases, era un sistema endogámico". Pero eso está cambiando: "La filosofía está cada vez más presente a nivel de investigación en áreas muy técnicas: ingenierías de programación, informática, inteligencia artificial... Por ejemplo, en las secciones de investigación de Google trabajan filósofos del lenguaje con programadores informáticos. Hay asimismo expertos en lógica, en teoría del conocimiento, que son perfiles muy demandados por los avances en inteligencia artificial: sirven para determinar qué es la conciencia y qué o quién puede tenerla. Pero en ámbitos muy productivos también se cuela la filosofía: la General Motors sacó ofertas de trabajo para perfiles de humanidades, no solo filosóficos, porque se dieron cuenta de que tenían personal tan hiperespecializado que un ingeniero informático no se entendía con uno mecánico. Buscan otras vías de comunicación. Y una de las cosas que se aprende muy bien en filosofía es a meterse en sistemas de pensamiento diferentes, lo que genera una enorme capacidad laboral. Están cambiando mucho los perfiles laborales y las salidas que va a tener la filosofía".

ESTUDIO FILOSOFÍA, LUEGO DUDO (Y AL REVÉS)

"A mí lo que más me interesa de la carrera de filosofía -y les cuesta un poco a los alumnos y alumnas de 1º- es que no es una disciplina de transmisión de conocimiento, de memorizar, sino 'problematizar'. Nuestra misión es hacerles dudar de muchos prejuicios, opiniones asumidas, del sentido común, etc.", explica Jorge. 

Amelia: "Es que si lees y entiendes la filosofía es imposible no dudar. Es su propia esencia. Si lees los pensamientos de otra persona ya chocan con los tuyos. Se establece una crítica subconsciente, que vas rumiando... Cuanto más autores ves es inevitable ponerlos en cuestión, pero también a ti mismo. Aquí más que a criticar he aprendido a problematizar. Pero hay cosas que se venden como pensamiento crítico y realmente es lo hegemónico vendido como crítico.

"Nuestra misión es hacer dudar de muchos prejuicios, opiniones asumidas, del sentido común...".

"¿Que si me veo como filósofo en el futuro? Me encantaría dedicarme a la investigación, como aspiración a largo plazo", dice Álex. "Pero es un tema complejo porque aquí nos estaríamos metiendo también en cómo se difunden estos conocimientos, cómo será transmitir la filosofía dentro de 50 años, quién va a leer a quién y en qué condiciones. Por otro lado, veo un poco difícil que ahora pueda darse la figura de un "gran intelectual". Me parece que eso está un poco muerto. En parte por la manera en que se difunde la información".

LA FILOSOFÍA HOY EN DÍA: ENTRE LA CRIBA Y LOS GURÚS

Paradójicamente, la filosofía sigue cargando hoy en día con los sambenitos de su supuesta poca practicidad o escaso encaje profesional a la vez que triunfan los ensayos que tratan de explicar el mundo desde su perspectiva, con más o menos éxito.

Para Jorge León es cierto que actualmente sería impensable una "autoridad  filosófica como la de Kant, pero sí salen muchas modas y los medios les dan difusión". "Se trata de establecer nuevos paradigmas filosóficos, pero para mí ahí hay mucho de 'star system'". "Hay algún que otro aprovechado que utiliza lenguaje técnico para explicar ciertas cosas, lo que en realidad esconde mucho ego. Lo malo es que hay gente que pueda pensar que la filosofía es un cuento, pero si tratas de cribar, de ser crítico - las dos palabras tienen la misma raíz-, la filosofía es otra cosa que puede abordarse de manera profunda a un nivel de calle, con análisis políticos o sociales, puedes ver las realidades de diversos pensamientos en tu vida cotidiana. Sin necesidad de gurús".

Para Amelia, la filosofía lleva intrínsecamente un cuestionamiento del poder, pero no siempre: determinadas corrientes han servido para apoyar totalitarismos. Pero sin duda, insiste, ayuda a plantearse todo: "Hasta el punto de que llegamos a estudiar teorías que, precisamente, critican los métodos de enseñanza que se nos aplican. Es paradójico".

"Se puede enseñar a dudar de manera sistemática en el colegio desde la infancia, la filosofía tiene mucho potencial para prevenir el pensamiento acrítico"

Para Álex, "la filosofía tiene potencial para prevenir del pensamiento acrítico, pero esto tiene mucho que ver con la manera en que se enseña". En su opinión se podría introducir en el currículo mucho antes de lo que se hace. "La historia de filosofía en el Bachillerato está bien, porque da mucha perspectiva, pero se puede enseñar a dudar de manera sistemática desde antes, no son cosas abstractas, hay aspectos prácticos de la filosofía que tienen mucho potencial".

FILOSOFANDO: DE JUBILADOS A YOUTUBERS

"Yo en las clases disfruto", cuenta Álex sobre su experiencia de apenas dos meses desde que comenzó la carrera. Dice que sus padres "ya han asumido el cambio, ha ido rápido" (se sonríe) y destaca "la interdisciplinaridad que hay y la variedad". 

Amelia se queda con el ambiente de la facultad, con los compañeros: "Es  importante en esta carrera, una parte de la clase está guiada por las intervenciones de los alumnos. A mí me sorprendió mucho en 1º el nivel que había, encontré gente muy brillante. Me chocó para bien y generó interés por mi parte". Sigue: "Conozco a gente de muchas carreras distintas y no he visto a gente tan implicada políticamente como en Filosofía. Estoy hablando de todo tipo de ideologías, para un lado o para otro, pero todos tienen muchas ideas y opiniones. Es que creo que prácticamente todos están metidos en algo: colectivos, partidos...".

"¿Por la serie 'Merlí'? No sé, no me consta, pero sí que sé que hay gente que ha llegado a la facultad por Youtubers que hablan de filosofía".

Jorge León es testigo junto a sus compañeros docentes de un incremento del interés por la filosofía. "¿Por la serie 'Merlí'? No sé, no me consta, pero sí que sé que hay gente que ha llegado a la facultad por Youtubers que hablan de filosofía". 

"Pervive el tópico de que esto lo estudian pocos, pero en cuatro años hemos llegado al tope de matrículas y ha habido gente que se ha quedado fuera", añade. 

Y continúa: "Hay muchos alumnos, cada vez más, y muchos que no vienen directamente del Bachillerato. Hay gente de todas las edades, desde jubilados a gente joven o de mediana edad que son médicos, biólogos, arquitectos, que siempre han tenido interés y dan el paso. Van poco a poco, se matriculan en dos o tres asignaturas... Estos perfiles suelen salir muy contentos, participan en clase, lo mezclan con sus conocimientos previos.

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