Comienza la cuenta atrás. El congreso autonómico del PP-Aragón se celebrará tras el de Andalucía, previsto del 19 al 21 de noviembre, sin que se conozca aún quién será el candidato que cuenta con el respaldo de Génova. Luis María Beamonte, presidente regional y líder de la oposición en la DGA, no desvelará si optará a la reelección hasta que se convoque de manera oficial, un anuncio que podría llegar en breve. Crecen, mientras tanto, voces internas que sitúan al alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, como candidato a la presidencia. Las dudas se disiparán cuando la junta directiva convoque el congreso, que se celebrará 45 días después. Si se opta por la fecha más inminente, se celebraría del 26 al 28 de noviembre, si bien no se descarta que tenga lugar en la primera quincena de diciembre.

Solo Valencia y Baleares han renovado hasta ahora las directivas autonómicas. Tomarán el relevo Andalucía, con Juan Manuel Moreno Bonilla como candidato a la reelección, y Aragón, donde aún hay frentes abiertos. Porque el tiempo se agota y las incógnitas se mantienen. Y la principal es quién va a asumir las riendas del PP durante los tres próximos años.

Aragón es una autonomía donde se siente cómodo Pablo Casado. En 2018, recibió el apoyo del PP regional en la pugna que mantuvo con Soraya Sáenz de Santamaría para suceder a Mariano Rajoy al frente del partido. Tras un primer patinazo en las generales del 28 de abril de 2019, cuando Cs sorpasó a los populares en Zaragoza, se inició una lenta progresión que tuvo, como principal hito, la recuperación del ayuntamiento de la capital aragonesa gracias al apoyo de Cs y Vox dos meses después.

Beamonte y Azcón comparten protagonismo en una especie de bicefalia con el turiasonense prácticamente solo al hacer oposición en las Cortes a Javier Lambán y recorriendo el territorio, mientras el zaragozano va ganando protagonismo a nivel nacional, al liderar a los alcaldes ‘rebeldes’ que exigen a Hacienda fondos contra la covid y como portavoz popular en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Es tradición en el PP, como en la mayoría de los partidos, que el presidente regional encabece la lista en las elecciones autonómicas. Y aquí estaría uno de los puntos críticos en la decisión. Encuestas internas respaldan la gestión de Azcón al frente de la alcaldía de la quinta ciudad de España. Con veinte años en política a pie de calle, es capaz de ‘robarle’ protagonismo a Lambán en las reuniones bilaterales. No es momento todavía, dicen desde el partido, de abandonar la alcaldía para disputar el liderazgo al veterano barón socialista. Porque jugársela a todo o nada en un tablero político autonómico incierto es un riesgo que no conviene asumir, confirman las mismas fuentes.

Si, a pesar de todo, fuera esta la alternativa por la que se decantan en Génova, suena con fuerza el nombre de Manuel Giménez Larraz, hijo del expresidente del PP-Aragón asesinado por ETA, Manuel Giménez Abad, para liderar la lista a la Presidencia del Gobierno de Aragón.

En sus comparecencias públicas, Beamonte lleva meses asegurando que desvelará si opta a la reelección cuando se convoque el congreso, y desde su entorno aseguran que la decisión de ser candidato está en su mano. Mantiene una relación fluida con Génova, donde la presidenta del PP navarro, la zaragozana Ana Beltrán, ocupa la vicesecretaría de Organización nacional. Pero no le han ratificado.

No es fácil hacer oposición en tiempos de pandemia, y Beamonte se ha movido entre la crítica y la colaboración. Aunque firmó la estrategia de recuperación social y económica de Aragón, el líder regional del PP endureció su discurso en el debate sobre el estado de la Comunidad de 2020 y se distanció de la aprobación de los presupuestos de 2021. Se reunirá hoy con Lambán, que quiere reeditar el pacto, aunque en el PP consideran que no es tiempo de redactar documentos sino de gestionar lo que está ocurriendo.

Beamonte ha recorrido en los últimos meses Aragón afianzando apoyos y sofocando algún fuego. Como los que se derivan del cambio en la presidencia del PP de Zaragoza, con Javier Campoy fuera de la dirección pero aún como diputado, o los de Ramón Celma al que, recién nombrado, Génova instó a rectificar relevos que fueron muy cuestionados.

La imagen de unidad en torno a la figura de Pablo Casado que se proyectó de la convención de Valencia se está viendo empañada por el ‘runrún’ que suscitan algunos liderazgos. Como el del expresidente extremeño, José Antonio Monago, del que no quiso opinar ayer Pablo Casado, porque considera que a los españoles estos debates internos de partido "no les interesan nada" . "Lo que tengo que decir en relación con los congresos que quedan por hacer es que yo defiendo las primarias, que se presente quien quiera y quien gane tendrá todo mi apoyo", abundó. Aunque a nivel interno se habla, en el PP y en casi todas las formaciones. Y en Aragón están a la espera de que lo hagan.