Más de 4.400 aragoneses han sido multados por fumar en terrazas o sin respetar los dos metros de distancia de seguridad tras un año de prohibición. El Departamento de Sanidad ha recibido un total de 4.461 propuestas de sanción y ha iniciado más de 2.500 expedientes, aunque a principios de julio, último mes del que se tienen datos, apenas había podido cobrar 136.

Estos incumplimientos acarrean multas de 300 euros. De acuerdo con las estadísticas del Gobierno aragonés, hasta 3.734 de las propuestas, un 83,7% del total, proceden de la provincia de Zaragoza, mientras que en la de Huesca se han notificado 405 (9%) y en la de Teruel, 322 (7,2%).

Para José Ángel Carretero, jefe del servicio de Neumología del Hospital Royo Villanova, se trata de una medida «acertada», ya que la transmisión de aerosoles es «mucho mayor» cuando se grita o se fuma. Cree, no obstante, que tanto en las calles como en las terrazas existe una excesiva relajación. «Si la gente supiera realmente qué ocurre cuando se fuma sin respetar las distancias estaría mucho más concienciada», dijo.

A su entender, «no existe conciencia» de que una persona pueda contagiar a otra por consumir tabaco incumpliendo la normativa anticovid. «Falta todavía mucha cultura sanitaria. En Tokio, por ejemplo, solo se permite fumar en determinados puntos de la calle. Debería ser así siempre, y no solo por la covid, sino por otras muchas enfermedades», dijo.

La restricción fue acogida con reticencias en la hostelería, ya que empresarios y camareros rechazaron convertirse ‘en policías’. Las primeras semanas, reconocieron los hosteleros consultados, fueron «complicados», ya que a aquellos que desconocían el cambio normativo se unían quienes hacían «lo imposible» por encenderse un cigarro sin ser vistos.

Actualmente son muchos los que invitan a sus clientes a apartarse en caso de querer hacerlo. En la calle, en cambio, es otro cantar, ya que, según los expertos consultados, el adiós a la mascarilla en exteriores «ha dado alas a los incumplidores».