La sexta ola de coronavirus no respeta las fronteras. Al contrario de lo que ocurrió durante otros momentos álgidos de la pandemia, ahora no resulta sencillo encontrar refugio en la Comunidad. Durante el mes de julio, solo la zona básica de salud de Santa Eulalia del Campo se ha librado de notificar al menos un caso. Si se mira la última semana, solo se han ‘escapado’ otras cuatro, además de Santa Eulalia: Villarroya de la Sierra, Herrera de los Navarros, Muniesa y Cedrillas.

Esto quiere decir que durante los últimos siete días han tenido algún caso el 96% de las zonas básicas de salud de Aragón. Además, las cinco que no han detectado ningún positivo son muy pequeñas: entre todas apenas suman el 0,42% de las tarjetas sanitarias de la Comunidad.

En las anteriores olas epidémicas era algo más habitual encontrar estos refugios frente al virus. Eran zonas también pequeñas y relativamente aisladas que lograron pasar semanas y meses sin notificar ni un solo caso, mientras que en otras localidades la incidencia se disparaba. Las ciudades más grandes -en especial las tres capitales de provincia- eran las que ‘tiraban del carro’ de los contagios, disparando la tasa de Aragón. En esta ocasión, la dispersión es mayor, y muy pocas áreas sanitarias han logrado esquivar al virus. Esto explica, en parte, el hecho de que la semana pasada fuera la que más contagios ha tenido de todo el año, y la segunda peor desde el verano pasado.

La extensión de la variante Delta (más contagiosa), la flexibilización de algunas medidas (uso de mascarilla, horarios y aforos…) y la relajación de la población han hecho que los contagios se dispersen por todo Aragón. En los 18 primeros días de julio (apenas dos semanas y media), solo la zona básica de salud de Santa Eulalia del Campo -que representa el 0,09% de las cartillas sanitarias de Aragón- se ha quedado sin notificar casos. Las siguientes con menos contagios han sido áreas sanitarias también pequeñas, como Herrera de los Navarros (1 caso), Muniesa (1), Ariza (3), Mosqueruela (4), Alfambra, Berbegal o Villarroya de la Sierra (5 cada una).

En el extremo contrario, Sagasta-Ruiseñores (Zaragoza) es el centro de salud que más casos ha notificado este mes de julio con 289, aunque hay que tener en cuenta que también es el que más tarjetas atiende. Le siguen el Santo Grial de Huesca (257), el de avenida de Cataluña de Zaragoza (253), el de María de Huerva (232) y el de Jaca (227).

Esta última localidad es, de largo, la que peores registros acumula en las últimas semanas de entre los municipios aragoneses de más de 10.000 vecinos. Sufre una incidencia acumulada (IA) a 14 días de 1.650 casos por cada 100.000 habitantes, más del doble que la media de Aragón. Después de Jaca, Huesca es la ciudad con la IA más elevada (1.000), seguida de Teruel (921), Monzón (801), Barbastro (791) y Utebo (765). En esta ocasión, Zaragoza consigue mantenerse por debajo de la media de Aragón (724 casos por 100.000 habitantes en 14 días), lo que ha permitido que los registros no se disparen todavía más en la Comunidad.

Si se amplía la mirada al resto de las localidades, llama la atención el caso de la zona básica de salud de Castejón de Sos. A pesar de atender solo 3.729 tarjetas sanitarias, ha notificado en lo que va de mes 134 casos. Son más de los que se han detectado en áreas como San Pablo (22.336 cartillas), Fraga (20.974), Arrabal (20.311) o Calatayud Urbana (19.280).

También destaca por su alta incidencia la zona de Hecho. Es una de las zonas básicas que menos tarjetas atiende (1.140), pero en lo que va de mes ha detectado 40 casos, que son más de los que han sufrido áreas de más de 5.000 cartillas como Utrillas, Illueca o Valderrobres. Algo parecido ocurre con Sabiñán, que con sus 1.616 personas ha notificado 48 nuevos contagios en julio.

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