La crisis por falta de microchips se alarga y obligará a ampliar los ERTE en curso

El desabastecimiento reduce un 19% los coches producidos en España hasta mayo

Instalaciones de la factoría de PSA en Figueruelas (Zaragoza)
Instalaciones de la factoría de PSA en Figueruelas (Zaragoza)
Guillermo Mestre | mes

De las líneas de producción de las fábricas españolas de coches ha salido en lo que va de año, hasta mayo incluido, una quinta parte menos de vehículos que en el mismo periodo de 2019. Apenas 1,03 millones de unidades, según el cálculo de Anfac (Asociación nacional de fabricantes de automóviles y Camiones), que advierte que esta crisis de desabastecimiento se alargará al menos hasta el primer semestre de 2022. Primero se pensó que este verano acabarían los problemas de falta de suministro, después que a final de año y ahora «se ve que esto va para largo», constató Juan José Arcéiz, responsable de la federación de Industria, Construcción y Agro de UGT Aragón. «Estoy seguro de que van a hacer falta nuevos expedientes de regulación de empleo (ERTE) o ampliaciones de los que hay para aguantar porque esto va a tardar en arreglarse», pronosticó.

«La fabricación de los microchips cuesta entre tres y seis meses. Son piezas que llevan impregnaciones, pulverizaciones de distintos materiales que hay que dejar secar. Es un proceso complejo», explicó el sindicalista. Si a eso, añadió, se suma el incendio de la principal fábrica de estos componentes en Estados Unidos y las inundaciones en Asia, que han afectado a las plantas productoras, se entiende por qué hasta bien entrado 2023 no se podrá regularizar una cadena de suministro que está muy tensionada

«Un coche normal de combustión térmica puede llevar hasta un centenar de microchips y en los eléctricos esa cifra se supera ampliamente» con lo que, según Arcéiz, la industria de automoción, se enfrenta a una grave crisis. «La falta de microchips nos va a costar más coches que la crisis originada por la pandemia», avisó. 

Esta semana la línea 2, la del Corsa en la planta de Opel PSA en Figueruelas apenas se ha podido trabajar un turno, mientras que en línea 1, la que fabrica los Opel Crossland X y C3 Aircross ha tenido tres días productivos y dos de paro. No solo es Stellantis Zaragoza la afectada sino las plantas de Vigo y Villaverde (Madrid). También las de otros fabricantes como Seat Martorell que ha tenido que cerrar esta semana, la de Volkswagen Navarra o la de Mercedes Vitoria. «Es un problema generalizado y cuya solución va para largo», concluyó.

"Esto es solo la punta del iceberg"

«Después del esfuerzo tremendo que hicieron fabricantes y auxiliares de automoción por reabrir tras lo más duro de la pandemia y cuando la demanda se había restablecido, irrumpe esta nueva crisis de falta de suministro y nos obliga a parar», lamentó Benito Tesier, presidente del Clúster de la Automoción de Aragón (CAAR). «Esto es solo la punta del iceberg», avisó. En la industria de coches, que trabaja ‘just in time’ es donde primero se ve, pero «va a haber un efecto en cadena», dijo. «No solo van a faltar microchips sino que habrá escasez de otras muchas cosas», precisó en referencia a «la especulación» que se está dando en materias primas como el acero o la madera a «precios disparados» igual que el coste de traer mercancías en contenedores desde China. «Ni siquiera pagando el precio que piden, te garantizas un espacio en el buque. Es un maremagnum, la tormenta perfecta» para la industria, dijo. Y lo peor es que «no hay capacidad productiva» suficiente en Europa y «mientras no se invierta, el problema volverá una y otra vez intermitentemente».

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