crisis del coronavirus

Un progresivo retorno a la normalidad tras 16 meses de lucha contra la covid

La uci del Clínico se adapta al nuevo escenario de la pandemia y ya no reserva zonas específicas al coronavirus. Los profesionales reconocen que seguirán recibiendo casos.

La maniobra de pronación (boca abajo) a un paciente con coronavirus para mejorar su respiración requiere de un intenso esfuerzo en equipo.
La maniobra de pronación (boca abajo) a un paciente con coronavirus para mejorar su respiración requiere de un intenso esfuerzo en equipo.
Marcos Cebrián

Las unidades de cuidados intensivos comienzan a respirar, tras 16 meses de lucha casi ininterrumpida contra el coronavirus. La pandemia está dando una tregua y, aunque todavía no se puede dar por vencida, la ocupación en los hospitales baja, lo que augura otro escenario más esperanzador. Se reducen los pacientes en planta y en las ucis, donde se va volviendo poco a poco a una normalidad en la que conviven pacientes con esta infección y con otras patologías graves. En el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa tratan de adaptarse a esta realidad siendo conscientes, según reconocen los profesionales, de que "el goteo" de casos covid todavía se mantendrá.

El día a día en esta unidad ha cambiado desde la primera oleada. Entonces, se reorganizaron sus espacios para crear zonas covid y no covid. Desde hace un tiempo, sin embargo, ya no hay un área específica para coronavirus, sino que todas las camas se emplean para cualquier enfermedad. Ya no es necesario que el personal se comunique con el control por medio de un walkie-talkie o una pizarra, ni que haya que llevar los equipos de protección individuales durante horas. Basta con ponerse una bata desechable sobre la impermeable, doble guante o pantalla al entrar en la habitación de un paciente covid, lo que aporta una mayor agilidad. El aire en esta unidad se renueva continuamente y todas las puertas tienen que estar cerradas. Tampoco es necesario doblar ya los boxes para atender el exceso de demanda.

El doctor Juan José Araiz, jefe de servicio de la uci del Clínico, reconoce que "se palpa que la situación ha cambiado y se empieza a controlar", pero muy lentamente, porque las estancias siguen siendo prolongadas. Sandra Herrero, residente de Medicina Intensiva, llegó a este servicio prácticamente al inicio de la pandemia. "Llevamos unas semanas –indica– que notamos menos presión pero, por el contrario, aumentan otras patologías". De hecho, según añade Araiz, "desde esta semana se ha invertido la tendencia y ya hay más pacientes no covid". El pasado viernes, las 34 camas estaban ocupadas tanto por pacientes covid (14) como de otras patologías (20). Las supervisoras de Enfermería de las áreas médica y quirúrgica, Marta Palacios y Toñi Durán, respectivamente, destacan que "desde la segunda ola no ha habido descanso". Fue, en concreto, desde el 16 de julio. "Lo que hemos vivido hasta ahora resultaba insoportable", dicen, por la angustia de superar la capacidad estructural y tener que doblar los boxes.

"Estamos expectantes", coinciden las supervisoras, porque siguen recibiendo pacientes covid, aunque de forma más espaciada. Prefieren mantener la cautela de cara a la época estival y las vacaciones del personal. La recuperación de la rutina "va a ser progresiva", porque "poco a poco" se va controlando la pandemia, subraya el jefe de servicio de la uci. A la población cada vez más numerosa que ya ha recibido la vacuna se suman las personas que se han contagiado durante esta crisis.

La carga de trabajo de esta unidad de críticos se observa en el número de pacientes covid que han atendido desde marzo de 2020: 423. De ellos, 247 se trasladaron a planta y 176, fallecieron. En este tiempo, el perfil del enfermo ha bajado –la media es ligeramente inferior a los 60 años– y la mortalidad ha aumentado, pasando del 35% al 40%. Un porcentaje que crece hasta el 50% entre los mayores de 70.

"Ya se ve la luz al final del túnel" aunque, advierte el jefe de servicio de la uci, "esto no ha terminado". Al principio de la pandemia se enfrentaron a una falta de medios técnicos. No había suficientes respiradores y "hubo que echar mano de todos los equipos disponibles, desde torres de anestesia de los quirófanos a equipos descatalogados que estaban en los sótanos". Pero si algo ha evidenciado esta emergencia, añade, es la "carencia de recursos humanos": "Hay que reflexionar y pensar que esto puede volver a pasar y nos tiene que pillar con una dotación de médicos y enfermeros y de conocimientos. El personal de intensivos no se improvisa".

La menor ocupación hospitalaria por covid en lo que va de año

La tendencia a la baja de la incidencia de la pandemia de coronavirus se refleja a su vez en una menor ocupación hospitalaria por esta infección. En estos momentos, de hecho, hay ingresados 140 enfermos por covid, según la última actualización del Portal de Transparencia de Aragón, la cifra más baja en lo que va de año. En solo dos meses, este dato se ha dividido prácticamente por tres. El 18 de abril los centros sanitarios atendían a 391 pacientes con esta patología.

El descenso es acusado en planta, donde hay 103 pacientes. A principio de mayo eran 309, tres veces más. La presión, aunque de forma más lenta, se reduce también en las ucis, que llevan doce días consecutivos por debajo de los 50 enfermos covid. En la actualidad son 37 las personas que siguen en las unidades de críticos con coronavirus, y que están repartidas por todo Aragón. El Hospital Miguel Servet y el Clínico siguen siendo los centros que atienden a más enfermos. Le siguen el Hospital Nuestra Señora de Gracia (3) y Quirón (2), así como el Royo Villanova, San Jorge de Huesca, Hospital de Barbastro, MAZ y Montpellier, con un paciente en uci cada centro, según los datos oficiales del pasado viernes. En total, hay 1.302 camas libres en todo Aragón, 96 de uci con respirador.

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