BSH Montañana activa el turno de noche para hornos y recupera a más de 100 eventuales
La planta, centro de referencia en placas de inducción para el grupo, volvió a cifras récord de producción en 2020. El impacto de la falta de componentes ha sido mayor en la fábrica de La Cartuja
Tres meses después de que la falta de semiconductores para la fabricación de hornos obligara a la fábrica de BSH en Montañana (Zaragoza) a reducir el ritmo de producción de hornos y prescindir de hasta 160 eventuales, esta misma semana ha vuelto a contratar a más de 100. El problema de suministro, así como la escasez de materia prima (bobinas de acero) parece haber remitido y la dirección ha reactivado el turno de noche para la línea de hornos, ya que en placas de inducción no ha dejado de producir en ningún momento. Según ha podido saber HERALDO, las expectativas de producción para el resto del año son «buenas, pese a que en verano siempre baje algo».
La no renovación de los 160 eventuales en Montañana al bajar la producción de hornos de 10 a 6 líneas obedeció a un problema puntual, que tuvo lugar entre marzo y abril, que ya parecen haber solucionado al haber reincorporado a buena parte de ellos.
Aunque todavía no son públicos los datos desagregados por países del grupo alemán, fuentes del sector explicaron que en 2020 la producciones en Zaragoza fueron altas y se volvió a cifras históricas sobre todo por un segundo semestre en el que a consecuencia de la covid-19 y el mayor consumo destinado al hogar se produjo un incremento de las ventas más que reseñable, 700 millones en España, según adelantó en marzo la compañía al dar a conocer unos ingresos totales de 13.900 millones de euros, un 5,3% más que en 2019. Tan bueno fue el año que a todos los empleados de BSH –en Zaragoza los de las plantas de Montañana y La Cartuja– se les pagó un bonus en marzo de 150 euros por haber cumplido objetivos, algo que hasta ahora nunca había ocurrido.
«La demanda del mercado es buena. Pero siguen los problemas de suministro que la dirección de la compañía trata de aminorar balanceando hacia un modelo u otro», indicaron fuentes cercanas al negocio que no saben aún como puede terminar este 2021. Lo que sí es una buena señal, reconocieron, es que en junio se pueda ya recuperar en la planta de Montañana esa bajada de producción sobrevenida en marzo por la falta de suministro.
Sin embargo, la planta de La Cartuja, dedicada a la fabricación de lavadoras, no ha podido recuperar en mayo los 70 eventuales de los que tuvo que prescindir por el mismo motivo: problemas con algunos proveedores tanto por la carestía de aluminio –tensiones en los mercados que provocó la pandemia y que todavía se están ajustando– como de semiconductores. Además, indicaron las misma fuentes, ha coincidido con la adaptación de la fábrica zaragozana a la nueva fase de etiqueta energética para sus lavadoras que ha conllevado cierta ralentización al tener que realizar muchas pruebas internas y un esfuerzo técnico mayor.
Con el convenio prorrogado hasta finales de 2022
Con un 2020 que ha ido mejor de lo esperado y un 2021 que se ve todavía con cierta incertidumbre, las dos plantas de BSH Zaragoza siguen con el convenio prorrogado hasta 2022. Lo firmaron para tres años en enero de 2017, pero su aplicación se ha extendido a este año y el próximo. Las dos partes entienden que ante un cambio de escenario es mejor mantener cierta estabilidad y el acuerdo alcanzado. Un convenio que contemplaba un incremento salarial para cada año de vigencia, del 1,50% a tablas salariales más un 0,25% en complemento personal condicionado al resultado de facturación de la empresa, así como la realización de 184 contratos indefinidos. Una estabilidad prorrogada cuyo objetivo es favorecer la realización de inversiones en ambas plantas y el desarrollo de nuevas generaciones de producto.
