crisis migratorias

El líder del Frente Polisario llegó a la Base de Zaragoza en un avión de la Presidencia de Argelia

Brahim Gali llevaba pasaporte diplomático saharaui y tuvo escolta policial hasta el hospital de Logroño, donde ingresó con covid el pasado 18 de abril

Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario.
Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario.
FP/EP

El conflicto diplomático entre España y Marruecos, que ha derivado en una grave crisis migratoria, arrancó el pasado 18 de abril en Zaragoza. Fuentes diplomáticas confirmaron ayer a HERALDO que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, llegó ese día a la Base de Zaragoza a bordo de un avión medicalizado de la Presidencia de Argelia, con el fin de ser hospitalizado en Logroño ante su grave estado de salud.

Gali portaba un pasaporte diplomático saharaui como jefe de Estado de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por buena parte de los países en la Unión Africana, pero no por España, aunque en realidad no se identificó en la aduana del aeropuerto de Zaragoza, como es obligatorio para todos los ciudadanos extranjeros que llegan a territorio nacional y cuyo servicio realiza la Policía Nacional. No lo hizo porque el Gobierno español ya había autorizado su traslado desde Argelia hasta el hospital San Millán-San Pedro de Logroño, vía Zaragoza, «por motivos humanitarios», como manifestó ayer la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.

La elección de la fecha del aterrizaje en la Base de Zaragoza se debió a que se quiso esperar a realizar la operación un domingo por la tarde, las horas en las que menor actividad aérea registra la instalación. Brahim Gali viajó acompañado en el vuelo por el médico argelino que lo atiende habitualmente (Mohamed Seghir Nekkache, del hospital central de L’Armée, en Argel) y por una mujer saharaui, un familiar del político saharaui que no facilitó su identidad a la Policía, según las mismas fuentes. Ellos le acompañaron en la ambulancia durante su traslado hasta la capital de La Rioja, que fue custodiada por efectivos de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, enviados especialmente para la operación.

Un "secrero" para los militares

Autoridades de la Base de Zaragoza y del Ejército del Aire en Aragón reconocieron ayer que este aterrizaje y su posterior traslado fue casi «un secreto», según coincidieron varias fuentes militares consultadas ayer por este diario. De hecho, al ignorar de que se trataba de una atención humanitaria, se extrañaron de que no tuvieran que pasar por el control de la aduana.

El presidente de la RASD ingresó a las 22.48 de aquella jornada en el hospital de Logroño tras ser trasladado en una ambulancia medicalizada que pudo ser remitida desde la Rioja. Aun así, la Policía informó en un oficio dirigido al Juzgado de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional, que esta ambulancia era del Servicio de Salud de Aragón, un extremo que ayer desmintió la DGA.

Sin embargo, al llegar al centro hospitalario, Brahim Gali ingresó con la identidad falsa de Mohamed Benbatouche,, «por motivos de seguridad», según fuentes diplomáticas, dado el conflicto existente entre Marruecos y los saharauis sobre el territorio.

Desde aquel día, Gali sigue atendido por «severas complicaciones respiratorias» por «una neumonía bilateral complicadas por una polineuropatia», debido a la covid-19. Fue ingresado en la UCIy lleva intubado el mes transcurrido desde su llegada.

El juez Santiago Pedraz envió una diligencia al centro hospitalario para recabar información sobre su estado de salud y su evolución. Tras constatar la presencia de Gali en territorio nacional, el magistrado optó por reabrir el pasado martes un proceso tras una querella por genocidio, asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas y desapariciones que presentó la ‘Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos’ en la que aparece como querellado Brahim Gali, junto a otros veinte saharauis.

El juez ha citado al líder del Frente Polisario para que se presente a declarar el próximo 1 de junio, asistido por un abogado, si bien de momento sigue ingresado en el hospital de Logroño y no ha mostrado su disposición a acudir. La ministra de Asuntos Exteriores manifestó que si tiene causas judiciales abiertas en la justicia de España deberá acudir a responder ante la investigación. Por su parte, el Ministerio fiscal remitió un escrito al juez argumentando que la notificación de la querella al investigado no procede hasta que «el estado de salud del querellado lo permita» por lo que solicita un reconocimiento médico forense. Dicho examen servirá para valorar cuándo podrá declarar.

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