astrazeneca

Los expertos defienden que los riesgos de la vacuna son "mínimos" y esperan que las dudas se disipen

Coinciden en señalar que estos efectos adversos son habituales en las vacunas y en los medicamentos.

La suspensión de la vacuna de Astra Zeneca sorprendió al punto de vacunación de Bombarda en pleno proceso.
La suspensión de la vacuna de Astra Zeneca sorprendió al punto de vacunación de Bombarda en pleno proceso.
Guillermo Mestre

El último cambio en la vacunación con Astrazeneca ha vuelto a despertar las dudas de los ciudadanos respecto a la seguridad de la fórmula anglosueca. Un miedo e incertidumbre que los expertos entienden, aunque esperan que se vaya disipando según avance la campaña. "Son vacunas que son nuevas y lógicamente tiene que basarse en un principio de cuidado", reconoce Inma Cuesta, secretaria de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas. Al mismo tiempo defiende la tesis de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que asegura que el riesgo de trombos es "infrecuente", pero "previsible".

Una opinión que comparte el profesor de la Universidad de Zaragoza, Nacho de Blas, quien incide en que se trata de un producto de emergencia, "por lo que es normal y bueno que se vaya cambiando de criterio según las evidencias". En relación a la trombocitopenia, señala que el riesgo con la vacuna es de 1 casos por 100.000, mientras que tomar un paracetamol de 1 gramo lo sitúa en 1 de cada 10.000, según el prospecto de la Agencia Española del Medicamento.

El catedrático en Veterinaria, Juan José Badiola confía en que esta percepción cambie cuando buena parte de la población esté vacunada y "se alcance la inmunidad de rebaño". En este punto, detalla, se constatará que los beneficios –"una disminución drástica de los contagios, de los ingresos hospitalarios y de los fallecimientos"–, compensan los riesgos de los efectos que se puedan producir, ya que son "mínimos".

"La opción más lógica sería completar la pauta con la misma marca"

Juan José Badiola, ante la puerta del Consistorio zaragozano.
Juan José Badiola, ante la puerta del Consistorio zaragozano.
Oliver Duch

Decidir cómo continuar con la inmunización de los menores de 60 años que han recibido la primera dosis de Astrazeneca es el siguiente paso que deben dar las autoridades sanitarias. "La OMS no recomienda mezclar vacunas, por lo que la opción más lógica sería completar la pauta con la misma marca", recalca Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza.

Recuerda que los efectos secundarios son habituales, aunque la mayoría se detectan en las fases previas a su autorización. "Si su incidencia es muy baja, como ocurre con las trombosis en Astrazeneca, suelen detectarse cuando un porcentaje muy alto de la población se ha vacunado", explica.

De momento, no considera que estos cambios vayan a modificar los objetivos marcados en la campaña de inmunización. "Parece haber suficientes dosis de Pfizer y Moderna para la población de entre 70 y 79 años y se dedicarán las de Astra Zeneca para los de 60 y 69. Además, en breve se sumarán las de Janssen, que podrán complementar las necesidades vacunales en ambos grupos", afirma.

"Puede llegar a ser un mazazo para la estrategia de vacunación"

Inma Cuesta, secretaria de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas.
Inma Cuesta, secretaria de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas.
HA

La incertidumbre que pueden sentir las personas que van a recibir la vacuna de Astrazeneca puede suponer un "mazazo" para la campaña de inmunización si al final deciden no acudir a la cita. "Es preocupante porque si no nos vacunamos, no vamos a salir de esto", destaca Inma Cuesta, miembro del grupo que elabora la Estrategia de Vacunación del Ministerio de Sanidad. No afectaría, sin embargo, el hecho de cambiar los grupos de aplicación.

Recuerda que se están poniendo muchas dosis "en un periodo muy corto de tiempo", por lo que los casos indeseables "no se perciben en diez años sino en tres meses". Se trata –enfatiza– de una vacunación "histórica" y "masiva" a nivel mundial, por lo que los casos existentes tienen más repercusión.

En este sentido, pone como ejemplo la vacuna del sarampión: "También, y de forma infrecuente, puede producir encefalitis". "Nadie se cuestiona no vacunar a sus hijos frente al sarampión porque si lo padecen, les puede ocasionar sordera o ceguera", puntualiza.

Respecto a las segundas dosis, recalca que en Reino Unido no se han detectado trombos al completar la pauta, aunque no han administrado muchas.

"La gente asume que no se va a infectar, pero se puede contagiar"

NACHO DE BLAS PROFESOR DE LA FACULTAD DE VETERINARIA EN EL AREA DE SANIDAD ANIMAL / 18-09-2020 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ [[[FOTOGRAFOS]]]
Nacho de Blas, en su despacho.]
FRANCISCO JIMENEZ PHOTOGRAPHY

La disyuntiva entre vacunarse o no depende de muchos factores. Para analizarlos, Nacho de Blas se basa en los datos de Reino Unido, donde llevan más tiempo vacunando. Han inyectado 19,5 millones de dosis de Astrazeneca y 116.162 personas han notificado efectos adversos y hasta 472 han fallecido. "Estos pueden ser los riesgos de vacunarse, pero también existen los de infectarse", puntualiza.

Se trata de la probabilidad de contagio, tener que ser hospitalizado, estar en la uci y la muerte. Recuerda además, que alrededor del 20 o 25% de los que acaban en la uci por covid sufren trombos, el efecto adverso más señalado. "Es mejor sufrir un riesgo controlado por la vacuna, que un riesgo difícilmente controlable por una infección natural", recalca, al tiempo que explica que mucha gente "asume que no se va a infectar", pero finalmente puede hacerlo.

Apunta que lo habitual es ver estos efectos adversos con más tiempo, puesto que crear una vacuna lleva años. Las existentes "van por buen camino", aunque no se sepa cuánto durará la inmunización: "Se podría revacunar como en la gripe. De hecho Pzifer y Moderna ya hablan de una tercera dosis".

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