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Vecinos de Tarazona y Calatayud se movilizan contra la degradación de sus cascos históricos
Las dos asociaciones reclaman medidas para que estos barrios sean lugares habitables y conserven su identidad.
Frenar la degradación e impulsar inversiones en los cascos históricos de Tarazona y Calatayud, además de acometer planes plurianuales de restauración por parte de las administraciones y facilitar la rehabilitación de inmuebles por sus propietarios. Con estos objetivos, muy similares a grandes líneas, han echado a andar dos nuevas asociaciones vecinales en ambas capitales comarcales.
"El casco histórico de Tarazona tiene la protección que le otorga ser Bien de Interés Cultural desde 1965, pero en él no se ha hecho ninguna actuación de relevancia en al menos las tres últimas décadas", denuncia uno de los portavoces de la plataforma turiasonense, Javier Navarro. Quieren que la localidad se convierta en "un referente del mudéjar en España" y que estos barrios sean "vividos y visitados". Lamenta que a menudo lo "poco" que se rehabilita no corresponde al concepto mudéjar.
Su presentación es un informe preliminar en el que han identificado seis zonas en las consideran necesario intervenir de "forma urgente" para que algunos de sus inmuebles "no acaben desmoronándose": los entornos de la Judería, la Travesía del Magnate y las calles Hoyas y Cillas, además del convento de la Concepción y Arco de la Traición.
Sus miembros han empezado a elaborar un inventario de las casas que corren peligro "para identificar los problemas que presentan". Navarro considera necesario que se lleve a cabo una catalogación exhaustiva de todos los edificios, sean o no monumentales. Los que actualmente lo están de forma explícita representan apenas el 5% del casco histórico. Implementar un sistema de movilidad, incluida la creación de varios cientos de plazas de aparcamiento, y la creación de un 10% de vivienda pública en el plazo de 10 años son otras de sus propuestas.
Por su parte, el casco histórico de Calatayud abarca cerca de 428.000 metros cuadrados. Según estima el arquitecto Gabriel Lassa, se trata del mayor espacio de estas características en todo Aragón y es uno de los más grandes de España en relación a su población. Por ejemplo, la ciudad romana de Zaragoza supone el 65% del total del área central bilbilitana y los cascos urbanos de Teruel y Tarazona, se quedan en el 51%.
A pesar de sus dimensiones e importancia, la evolución del municipio y las sucesivas crisis han hecho que esta zona se haya deteriorado con el tiempo. En este contexto, el pasado 8 de febrero se constituyó oficialmente Salvemos el Casco Antiguo. Su presidente, Ángel Silvestre, explica que están "abrumados" por la gran respuesta que han tenido. Entre sus objetivos está hacer una labor de concienciación "de todas las ayudas que ya hay en vigor y de qué forma en particular se puede tener respaldo para mantener un edificio en buenas condiciones", apunta.
Tarazona: "Se necesita ya un gran pacto político"
La gota que colmó el vaso fue el derrumbe de un edificio de la Judería de Tarazona el pasado mayo en el que se había llevado a cabo una escuela taller "que no actuó de verdad en los problemas más graves del inmueble", critica Javier Navarro, uno de los impulsores y portavoces de la Plataforma Casco Histórico. En el último medio año, han elaborado un diagnóstico sobre la situación que han presentado al equipo de gobierno municipal, los distintos partidos políticos, la DPZ y las entidades vecinales.
"Es necesario ya un gran pacto político serio por el casco antiguo. Un compromiso que perdure en el tiempo, independientemente de quién gobierne en cada momento", reclama Navarro. La posibilidad de suscribir este convenio ya se ha planteado al Ayuntamiento.
Navarro plantea que en el reparto de fondos públicos de la Fundación Tarazona Monumental se atienda también a la rehabilitación del urbanismo y la arquitectura civil o tradicional y así se lo han trasladado al presidente de la Diputación de Zaragoza y de esta institución.
El Consistorio anunció recientemente la consolidación de un edificio de la Judería, en la calle Rúa Alta de Bécquer. Desde la plataforma se ve con buenos ojos siempre que se respete "la estética originaria" y sea algo más que una simple consolidación provisional. El Ayuntamiento prepara un plan director del casco histórico.
Calatayud: "Está sucio y con muchos locales cerrados"
"Llevamos un año queriendo hacer algo, porque la zona está muy degradada y sucia y hay muchos locales cerrados. Queremos que esta situación se frene e intentar ponerle remedio". Quien habla así es el presidente de Salvemos el Casco Antiguo de Calatayud, Ángel Silvestre, que llegó a tierras bilbilitanas hace 8 años y trabaja como camarero. Él y Yolanda Monteagudo, propietaria de un local hostelero en la plaza de España, fueron los promotores de la iniciativa, a la que se han sumado a Jaime Millán (también hostelero) y José Carlos Caballer.
"Creemos que es necesario invertir tiempo y también dinero en estudiar qué alternativas hay: peatonalizar algunas zonas, exigir que los propietarios mantengan los edificios…", plantea. Reconoce que las peatonalizaciones son difíciles pero tiene en la retina ejemplos de éxito, como el de su Sagunto natal. Los vecinos interesados pueden contactar en el Facebook o en salvemoselcascocalatayud@gmail.com".
Hasta el 18 de marzo, el Ayuntamiento de Calatayud, la DGA y el Gobierno central han abierto una nueva convocatoria del Plan de Regeneración y Renovación Urbana, que aportan 1,2 millones para subvencionar hasta el 60% de la construcción de nueva vivienda en esta zona de la ciudad.
