Redactor de HERALDO DE ARAGÓN

El premio ya ha tocado

Administración del zaragozano barrio de San José, que ha repartido un quinto premio
Administración del zaragozano barrio de San José, que ha repartido un quinto premio
Laura Uranga

Siempre que se celebra el sorteo de la lotería de Navidad recuerdo el día que fuimos con mi compañero Carlos Moncín, al que hemos perdido, a su ciudad, a Calatayud, para contar la historia del Gordo de 1992. Estuvimos con el lotero Ángel Carrau, muchos vecinos y, sobre todo, con el panadero bilbilitano que esperó a su hijo de la peña Rouna, que venía en taxi desde Zaragoza para hacerse la foto.

El Gordo de Navidad es una película que se rueda todos los años el mismo día y a la misma hora, desde las 9.30 hasta que el público se va arremolinando ante el cartel que coloca HERALDO en el paseo de la Independencia o los informativos, para ver descorchar cava. Este año el premio ya ha tocado antes de que rueden los bombos y salga el número que sea, aunque el más comprado coincide con el día de la pandemia (14320). Este mensaje se lo escuché a Pepa Fernández al anunciar el programa de la lotería para Radio Nacional de España y me sumo al mismo. Todos los que nos hemos librado por ahora del coronavirus, una enfermedad que nos ha diezmado casi como la gripe de 1918, tenemos que celebrar esa suerte como un premio gordo de Navidad.

Siempre que he pasado estas semanas por la lotería de la calle Don Jaime, que parece nuestra Doña Manolita de Madrid, las filas eran tremendas y la gente, ataviada con sus mascarillas, no protestaba por esperar, porque iba en busca de su suerte con el décimo correspondiente. Cuando vienen mal dadas, la lotería siempre se presenta como la solución para sacarnos de un año tan duro. Suerte con su boleto, pero mucha más con su salud y la de su familia. 

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