coronavirus
¿Podrán consumir alcohol quienes sean vacunados contra la covid?
Las autoridades rusas prohíben a sus pacientes ingerir alcohol durante 56 días. La Agencia Europea del Medicamento duda sobre la autorización de la vacuna rusa y apuesta por las de Pzifer y Moderna, menos explícitas en esta restricción.
Olvídense de vacunarse y salir a celebrarlo con una copa. Primero, porque a España aún no ha llegado ninguna vacuna; segundo, porque los bares siguen cerrados y tercero, porque en pro de una buena inmunidad parece recomendable no consumir alcohol en los días anteriores y posteriores al pinchazo. Aunque aún quedan flecos por definir en los prospectos de las vacunas de Pzifer y Moderna -que serán las que con mayor probabilidad lleguen a Aragón-, las autoridades sanitarias rusas ya han advertido que con su vacuna aquellos que la reciban deberán permanecer hasta 56 días abstemios. "Dos semanas antes de la inmunidad con absoluta seguridad hay que dejar de consumir alcohol. La formación de la inmunidad son 21 días entre las dos inyecciones y otros 21 después", explicó esta semana Anna Popova, jefa sanitaria rusa. Como era de prever, en aquel país la población está que trina y los recelos contra la vacuna son más que incipientes.
Desde el Gobierno de Aragón aclaran que quien compra la vacuna es el Ministerio de Sanidad a través de la Unión Europea y que, de momento, “la Agencia Europea del Medicamento aún no ha autorizado ninguna de las que se están hablando estos días”. En principio, Europa autorizará en breve las de Pzifer y la de Moderna, como ya ha hecho Reino Unido, que tomó la avanzadilla para su vacunación masiva esta misma semana. Allí a Maggie Keenan, la jubilada de 91 años que fue la primera en recibir la vacuna de Pzifer, no se le prohibió de forma expresa el consumo de alcohol, si bien los médicos sí le invitaron a “seguir hábitos saludables” que ayuden a reforzar su sistema inmunológico.
En los foros médicos los especialistas están de acuerdo en que lo ideal para recibir la vacuna es un organismo limpio, pero aclaran que un poco de alcohol no puede interferir en la respuesta inmune. Se refieren a la ingesta ocasional -un vaso de vino en las comidas, una copa por la noche- y achacan a una mala traducción el malentendido con la vacuna rusa. Creen que Anna Popova se refería más a los problemas de alcoholismo que se dan en buena parte de Rusia, que a un consumo comedido, pues el hígado es un órgano que sí participa en la respuesta de defensa con una mediación que resulta clave.
En Rusia, donde -por cierto- un aragonés fue el primero en prestarse a los ensayos, la prohibición es tajante. "Si queremos que haya salud y autodefensa inmune, hay que dejar que el organismo la forme. Por eso, ni antes, ni después, ni durante se puede consumir vodka ni otras bebidas alcohólicas”, explican las autoridades del país de Putin. También allí se discute -seriamente- si puede ser peor el remedio que la enfermedad, pues hablan de “efectos adversos debido a la forzosa abstinencia” y creen que este anuncio va a ser disuasorio para muchos posibles pacientes, en un país -recordemos- con más de 2,5 millones de positivos.
En las redes sociales ha habido barra libre para los memes y los comentarios sobre la abstinencia y la covid. Bromas sobre borrachos que eligen entre la cirrosis y la covid se suceden junto a otras estampas menos explícitas de la reina de Inglaterra, Isabel II, cuya longevidad se atribuye a la ginebra de la que es confesa aficionada.
