En el año 2013, Mariví Gallent y su marido, David Sánchez, decidieron abandonar Valencia y emprender una nueva vida en Lechago, el pueblo familiar de David. Su idea era empezar de nuevo, cambiar de vida. Sabían qué querían, pero no tenían ni idea de cómo hacerlo. Y en pleno cambio decidieron poner en marcha un huerto familiar, con verduras y hortalizas, cuyo excedente, al empezar el otoño, envasaron de una manera totalmente artesana. Las redes sociales hicieron el resto, ya que subieron una foto de un tarro de mermelada de moras a Facebook y su creativo diseño, elaborado por David, llamó la atención de varias personas que se interesaron en comprarla.

De esta manera empezó un proyecto de elaboración de mermeladas al que denominaron Mari Golosa, que abrió sus puertas en 2014 y que en hoy en día se ha convertido en un referente del sector, elaborando una media de 4.000 kilos de fruta al mes en la campaña de Navidad. Tarros de originales diseños que llegan a cientos de tiendas de toda España y también, a lugares como Bélgica o Gran Bretaña y que, en un futuro próximo, comercializarán ‘on-line’.

Un proyecto que ha crecido tanto que sus socios han tenido que cambiar de ubicación y trasladarse hasta un obrador que acaban de inaugurar en Rubielos de Mora, y donde trabajan ya seis personas. "Nos dimos cuenta de que necesitábamos más espacio y en Lechago no había sitios para poder construir un nuevo obrador. Después de mirar varias alternativas y visitar pueblos, nos decidimos por Rubielos de Mora para continuar con la esencia romántica de nuestro proyecto. Los trabajos de acondicionamiento del nuevo obrador coincidieron con el periodo de confinamiento, pero ni eso nos pudo parar", explica Marivi Gallent, responsable de esta empresa que ideó con su marido y a la que en el año 2018 se unieron sus hermanos, "lo que nos permitió crecer más y mejor, ya que sin ellos hubiera sido imposible", apostilla.

Cerveza Mijares

Estos últimos meses con la crisis del coronavirus latente, han sido, en palabras de Mariví, "complicados, pero también muy enriquecedores" y les han servido para empezaron a pensar, crear y elaborar nuevos proyectos. "Además, al llegar a Rubielos de Mora nos surgió la oportunidad de adquirir una cervecera de la localidad, Mijares, porque sus responsables querían apostar por otras líneas de trabajo y nosotros podíamos rentabilizar mejor los más de 500 m2 de la nueva sede", explica.

Este verano, se han dedicado a la fabricación de Mijares, la cerveza artesana de Mari Golosa, y ahora, a partir de septiembre, arranca de lleno la producción de sus conocidas mermeladas. Un total de 35 sabores diferentes que siguen conservando la esencia de los primeros tarros, los que elaboraban en pequeñas soperas, en el hogar de su casa, convertido en obrador. Mermeladas con las que Mariví y su familia han logrado alcanzar su sueño más dulce, y "con las que queremos seguir hacia adelante con optimismo y prudencia, por el momento en el que estamos viviendo", concluye.

Sabores que surgieron del confinamiento

"El confinamiento tuvo sus momentos buenos y malos, pero nosotros aprovechamos los primeros para empezar a pensar e idear nuevos productos que pudiéramos comercializar bajo la marca Mari Golosa. Se nos ocurrió elaborar crema de cacahuete, porque es un alimento natural, muy sano y que está muy de moda ya que es proteína vegetal cien por cien. El resultado ha sido espectacular", afirma.

Durante estos meses, los cuatro socios de la empresa han investigado con otros productos y, en breve, después de muchas pruebas con resultados muy satisfactorios, comenzarán con la elaboración de bizcochos artesanos. "Lo tenemos ya todo listo, sabemos los sabores que queremos sacar al merado y comercializar, pero vamos a hacerlo todo poco a poco, porque este año ya hemos puesto en marcha dos grandes novedades, la cerveza Mijares y la crema de cacahuete", concluye Mariví Gallent.