El virus del Nilo Occidental, una amenaza para el quebrantahuesos en el Pirineo

Un estudio de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos y de la Fundación Iberdrola ha hallado anticuerpos de este virus en ejemplares de quebrantahuesos en el Pirineo aragonés.

Imagen de archivo de un ejemplar de quebrantahuesos.
Imagen de archivo de un ejemplar de quebrantahuesos.
Heraldo.es

Tratando de dar respuesta a la muerte de crías, con 50 días de vida y nacidas en libertad, en los nidos de quebrantahuesos en el Pirineo aragonés, sin que aparentemente tuviese explicación, se encontraron que "el virus del Nilo Occidental está presente en la cordillera pirenaica”. 

Así lo confirma Gerardo Báguena, presidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ): “Sospechábamos que la malaria aviar está en los Pirineos y el estudio lo ha corroborado, pero la sorpresa fue que el virus del Nilo esté presente también”.

Gracias al estudio Efectos del cambio climático en la población del quebrantahuesos del Pirineo central, que está financiado por la Fundación Iberdrola, ha sido elaborado por los especialistas de la FCQ, veterinarios de la Universidad de Zaragoza y científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), y cuenta con la colaboración del Gobierno de Aragón, se ha podido comprobar que, “a pesar de que no se ha encontrado en los ejemplares analizados en el Pirineo aragonés ningún quebrantahuesos que haya muerto a causa del virus del Nilo Occidental, el virus está presente porque hemos hallado anticuerpos en algunos ejemplares”, señala Báguena. “Eso quiere decir que en algún momento algún mosquito con una carga vírica baja ha chupado sangre de un quebrantahuesos y que éste desarrolló anticuerpos, puesto que al ser una carga vírica pequeña no fue suficiente para matarlo”. Un desenlace que no parece remoto, pues ya se conocen casos de quebrantahuesos que han muerto en centros de cría, como los cinco fallecidos en Austria, entre 2008 y 2017, o el ejemplar que murió este verano en el zoo de la localidad andaluza de Jerez.

En el zoo, por ejemplo, se dieron, en palabras de Báguena, “las mismas condiciones que se dan en los nidos”, puesto que los animales pasan mucho tiempo quietos en un mismo espacio, que además reúne las condiciones perfectas de humedad para la proliferación de insectos hematófogos, es decir, aquellos que consumen sangre, y que, por tanto, son capaces de transmitir el virus del Nilo Occidental y la malaria aviar. “Las crías de quebrantahuesos son, por tanto, el blanco fácil para estos insectos, dado que pasan casi 120 días en un mismo nido sin moverse, sin poderse desplazar”, detalla el presidente de la FCQ. “Además, los nidos suelen estar en cuevas oscuras, con un índice de humedad alto y con poca exposición a la luz, factores muy determinantes para presencia de mosquitos. Así que no es solo que estén quietos en el nido, sino que encima las condiciones favorecen que estos insectos se alberguen allí”.

“El problema es que ahora, gracias no solo al aumento de las temperaturas sino también al haber un mayor número de días de calor, estos insectos hematófogos, como puede ser el caso de los mosquitos Culex y las moscas negras, están logrando cerrar su ciclo biológico a más de 2000 metros de altura”, anota Báguena. “Esto significa que si antes subían entre 15 ó 20 días al año y dadas las condiciones de frío no podían completar su ciclo y se marchaban; ahora, se quedan y consiguen infectar”, explica el presidente de la FCQ, que asegura que “al final tenemos que tomar conciencia que las especies no son ajenas a los cambios. De hecho, la casualidad no existe en la naturaleza y cualquier cambio provocado en un medio tiene una consecuencia. Por eso, con este estudio lo que se pretende, ya que no existe profilaxis, es decir no hay medidas para protegerlos de estas enfermedades, es realizar una labor de concienciación, pues no podemos seguir viviendo como si nuestros actos no repercutieran en la naturaleza”.

“Además, en este caso, se ha detectado que el quebrantahuesos ha tenido contacto con este virus solo por el simple motivo de que la estábamos estudiándolo, pero seguro que ya está afectando a otras. De hecho, estará afectando a cualquier especie que tenga un periodo de dependencia largo en el nido y que, por tanto esté expuesta a este tipo de insectos hematófogos”, indica el mismo. “Y el problema es que los quebrantahuesos no se van a acostumbrar, ni ninguna especie pirenaica va a ser capaz de tolerar la influencia vírica no coincidente con ella en su proceso evolutivo a corto plazo. Por lo que si la perturbación fuese alta en un corto plazo de tiempo, esto podría conllevar a episodios de extinciones”.

 

 

 

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