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Más que un pulso: la lucha de brazos coge fuerza en Aragón

Nace el equipo Zaragoza Pullers, cuya decena de integrantes demuestran que este deporte es "mucho más que el típico pulso de toda la vida".

Entrenamiento del equipo Zaragoza Pullers en el gimnasio de La Almozara.
Entrenamiento del equipo Zaragoza Pullers en el gimnasio de La Almozara.
EFE/Javier Cebollada

La lucha de brazos coge fuerza en Aragón con el nacimiento del equipo Zaragoza Pullers, con más de una decena de integrantes que demuestran con su técnica y preparación que este deporte es mucho más que "el típico pulso de toda la vida".

Más allá de la apuesta entre amigos de "quién es el más fuerte", esta práctica está "elevada a la categoría de deporte" y bajo el reglamento de la Federación Mundial de Lucha de Brazos, explica a Efe Daniel Vivas, responsable de entrenar, junto al diez veces campeón de España Juan Ignacio Sanz, a la cantera aragonesa.

En la sala del gimnasio de La Almozara de Zaragoza, donde practican una vez por semana durante una hora y media, los jóvenes que se han ido uniendo al grupo desde su reciente creación hace poco más de un año se congregan alrededor de una de las mesas reglamentarias.

Al grito de "Ready, go!", Vivas da la señal para comenzar a dos de sus alumnos, listos para sacar toda su fuerza y conseguir la victoria, es decir, conducir el puño de su rival al acolchado del extremo.

A un lado se sitúa Sebastián Duma, un joven bilbilitano que se acaba de incorporar al grupo hace cuatro semanas. Reconoce que "siempre había echado pulsos con los colegas", pero ahora puede perfeccionar técnicas y posiciones que le están llevando a mejorar.

Frente a él, Alejandro Viguri, que con 19 años es el benjamín de Zaragoza Pullers. Lo descubrió por Instagram, una de las redes sociales que más está ayudando para que la familia de la lucha de brazos aragonesa incorpore nuevos aficionados.

Están muy atentos a la señal de inicio porque ya saben que uno de los factores más importantes es la velocidad en la salida. De hecho, por esta rapidez, algunos de los pulsos pueden durar un segundo o dos, si bien habitualmente suelen prolongarse unos treinta.

"A mí me gusta definirlo como una mezcla de deporte de fuerza y de contacto. Entra también el componente de que estás en una mesa contra otra persona y tienes que adaptar tu estrategia al rival", señala el entrenador, quien trabaja con los deportistas esa parte táctica.

Los campeones del mundo se suelen caracterizar por sus grandes manos y "el componente genético" es importante en este deporte, pero Vivas subraya en que la clave está en identificar las fortalezas de cada alumno y potenciarlas.

Y aunque de momento solo podemos hablar en masculino, este zaragozano insiste en que siempre están buscando tanto chicos como chicas interesados en la práctica de un deporte que es "súper inclusivo" y que se organiza en competiciones por sexo, edad y peso, contando además con una categoría para personas con discapacidad.

Con más de tres décadas en el mundo de la lucha de brazos, otro de los miembros del equipo, el oscense Chema Usón, conoce bien las competiciones de este deporte, en el que comenzó a los catorce años de forma casual, al encontrar en una farola el cartel de un encuentro de la Asociación Española de Lucha de Brazos.

Después de ganar varios torneos de Aragón y ser tercero de España, probó fuerzas en 2008 en el campeonato del mundo en Bulgaria, donde quedó en quinta posición.

Como destaca Vivas, a pesar de la importancia de la lucha de brazos en Estados Unidos o Rusia, en nuestro país esta disciplina es todavía "un deporte totalmente amateur que se financia de las cuotas de los miembros de la asociación".

"Ha habido tiempos de más auge, pero en este momento es muy difícil crecer porque no está reconocido por el Consejo Superior de Deportes y no podemos convertirnos en federación", señala el preparador, que precisa que contar con tantos equipos como se exige para ello (en España hay una treintena) está "lejos de ser realizable".

Pero celebra que históricos de la lucha de brazos en España como Lorenzo Villar o Iván Portela hayan conseguido ser campeones del mundo varias veces, teniendo en cuenta que aquí no hay ningún tipo de apoyo económico y que compiten contra atletas de otros países que se pueden dedicar a entrenar a tiempo completo.

"Todo el mundo ha tirado un pulso en un bar, en casa de un amigo o en una fiesta, sin saber que eso es un deporte con una complejidad técnica y preparación como cualquier otro", concluye el precursor de este grupo aragonés, que invita a los amantes de los pulsos a unirse a una práctica que en España no da su brazo a torcer.

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