Las residencias piden a la DGA medidas "realistas" y "claras"

Los Ayuntamientos de Calatayud, San Mateo de Gállego y Zuera han decidido cerrar los geriátricos municipales para evitar los contagios.

Fachada de la residencia municipal de Zuera
Fachada de la residencia municipal de Zuera
Ayuntamiento de Zuera

El sector de las residencias continúa su lucha contra el coronavirus en un momento en el que los brotes siembran el miedo a que pueda volver a colarse en sus instalaciones. Por ello, la Asociación Aragonesa para la Dependencia (Arade), que cuenta entre sus socios con 63 geriátricos de la Comunidad, exige a la DGA medidas "realistas" y "claras" que protejan a estos centros.

Los paseos que se permiten a los usuarios, de solo una hora alrededor de las instalaciones en el caso de los municipios que han regresado a la fase 2, es uno de los principales inconvenientes que presenta la normativa. "¿Cómo vamos a controlar lo qué hace una persona de puertas hacia fuera? ¿Le ponemos un detective?", pone sobre la mesa la gerente de Arade, Paquita Morata.

La orden del Departamento de Servicios Sociales les deja la potestad de poder suspender temporalmente estas salidas si incumplen las medidas de seguridad e higiénico-sanitarias durante ellas, "pero es poco factible, por no decir imposible". Tampoco considera viable denegar el acceso a personas con síntomas compatibles con la covid-19 "cuando por un tema de protección de datos no podemos preguntarles por su historial médico", dice. Reclama test serológicos periódicos para usuarios y trabajadores y una mayor coordinación con Atención Primaria.

Por su parte, algunos ayuntamientos como los de San Mateo de Gállego y Zuera (ambos municipios en la fase 2 flexibilizada) y el de Calatayud han decidido suspender las salidas de los residentes (excepto por causas justificadas como ir al médico) y las visitas en sus residencias municipales. "En San Mateo de Gállego la residencia acoge a 26 personas y hubo 12 contagios y seis fallecidos. No queremos volver a pasar por lo mismo", asegura el alcalde, José Manuel González.

Estas medidas fueron adoptadas este miércoles por el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, tras una reunión con la directora del centro, con el fin de prevenir y evitar al máximo el riesgo de contacto de los usuarios, personas de riesgo ante la enfermedad.

La residencia municipal San Íñigo fue una de las primeras en la comunidad autónoma de cerrar sus puertas en el mes de marzo. Durante estos meses de pandemia ningún residente ha dado positivo en la enfermedad, “nuestro compromiso y prioridad es garantizar la seguridad de estas personas y tomaremos todas las medidas que sean precisas. Somos conscientes de que es muy duro para los familiares y para los propios usuarios este protocolo pero creemos que es necesario en la situación de nuevos brotes y contagios que se está produciendo en nuestra comunidad”, indica el alcalde el primer munícipe.

La residencia municipal de Calatayud no ha registrado ningún caso de coronavirus hasta la fecha. El Ayuntamiento limitó las salidas de internos y las visitas de familiares una semana antes del decreto del estado de alarma.

Por su parte, la Fundación Rey Ardid ha decidido suspender los paseos de los usuarios hasta que la situación mejore en todas las residencias que gestiona en Aragón. "Se lo han tomado con resignación y responsabilidad", aseguran desde la entidad.

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