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Juan Carlos Bustamante: "Los docentes han tenido que reinventarse. Y no es fácil"

Vicedecano de Caidad y TIC e investigador en el ámbito psicoeducativo de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, Juan Carlos Bustamante (Caracas, 1985) ha dirigido un trabajo que analiza la metodología ‘online’ durante el confinamiento, provocado por el coronavirus, a partir de entrevistas realizadas a familias, estudiantes, profesores y equipos directivos.

Juan Carlos Bustamante, en la Facultad de Educación de Zaragoza
Juan Carlos Bustamante, en la Facultad de Educación de Zaragoza
Guillermo Mestre

Ha dirigido de un estudio de la Universidad de Zaragoza sobre la enseñanza ‘online’ durante el confinamiento. ¿La pandemia nos ha traído otra forma de enseñar y de aprender?

El confinamiento nos ha permitido analizar el impacto de una de las metodologías asociadas a la educación ‘online’, el ‘e-learnig’, es decir, el uso de las TIC en educación para sacarle el máximo provecho a los recursos tecnológicos y digitales en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Los estudios previos establecían resultados contrapuestos: mientras para unos el ‘e-learnig’ tiene muchas posibilidades, otros las cuestionan. Además, este escenario ‘online’ nos ha permitido trabajar con los agentes del proceso educativo: alumnos, profesores y familias, para obtener una visión más amplia.

El estudio revela que no estamos preparados para una docencia exclusivamente ‘online’...

Más allá de todo el esfuerzo realizado y de los recursos utilizados, hay dos aspectos determinantes para que el ‘e-learnig’ tenga un alcance positivo: el rol del profesor cambia radicalmente; este ya no es un mero transmisor de conocimiento, sino un moderador del seguimiento del aprendizaje en el que se ve implicado el alumno. Y, en este sentido, el docente no solo tiene que saber utilizar las TIC, sino también adaptar materiales y contenidos, crear espacios colaborativos, establecer un ‘feecback’ con el alumno que le permita avanzar... Y el rol de alumno también cambia. Si se rompen las barreras temporales y espaciales, su actitud debe ser más autónoma y proactiva, y desarrollar una mayor autorregulación de su aprendizaje. Ya no cabe el rol pasivo: voy al aula, me siento y escucho.

¿Pero, no llevamos demasiados años a vueltas con TIC?

En Aragón se hizo un gran esfuerzo por equipar a los centros de material informático, pero tiene que producirse un salto cualitativo; no se trata solo de aportar recursos tecnológicos, sino de entender cómo y para qué debemos usarlos. El estudio revela que necesitamos planes de formación más específicos, que permitan a profesores y alumnos adaptarse a este contexto. Hay que repensar la manera de cómo estamos entendiendo el uso de las TIC.

¿Y qué han echado de menos los alumnos durante el confinamiento?

Han demandado una mayor interacción con sus compañeros; poder generar colaboraciones con otros alumnos y que, al mismo tiempo, se mantenga un contacto directo con le profesor. Y no se ha logrado porque han faltado experiencia y formación. El docente se ha tenido que reinventar de la noche a la mañana. Y no es fácil. Se ha puesto en evidencia lo importante que son esos espacios colaborativos y socializadores, tanto en los contextos ‘online’ como en los presenciales.

¿Según su investigación, cuál es la mejor metodología?

En realidad, estas metodologías ‘e-learnig’ van a ser mucho más efectivas combinadas con la enseñanza presencial. Lo ideal es que caminemos hacia una enseñanza mixta. Pensar en un escenario educativo meramente ‘online’ no tiene sentido. La formación de nuestros alumnos pasa por esa nueva realidad combinada, en la que cada escenario –‘online’ y presencial– les proporcionará competencias distintas y complementarias para ser competitivos en un futuro entorno laboral.

¿Qué papel han desempeñado las familias en esta crisis?

Los padres han reconocido el esfuerzo del profesorado, pero se han visto superados por la situación. Se ha puesto en evidencia la gran necesidad de apoyo psicoemocional de los chavales, fuera de su contexto escolar;un apoyo que se ha exigido a las familias. Por eso no debemos olvidarlas en esos futuros planes de formación.

¿Y qué le ha parecido que la inmensa mayoría de alumnos haya promocionado de curso?

La excepcionalidad conlleva la toma de decisiones drásticas.

¿Deberes, si o no, este verano?

La formación de los alumnos se ha visto condicionada y mermada por una situación de pandemia -no hay por qué negarlo- . Pueden necesitar algún refuerzo, pero desde la mesura y sin olvidar la dura carga de trabajo que han soportado estos meses atrás.

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