El desdoblamiento de El Burgo a Fuentes de Ebro estará listo en tres años y costará 51,3 millones de euros

Transportes preadjudica las obras a la gallega Copasa y a la catalana Comsa con una rebaja económica del 25%. El resto de la autovía de Castellón sigue pendiente de que se liciten los proyectos.

La A-68, a la altura de la rotonda del Cuarto Cinturón.
La A-68, a la altura de la rotonda del Cuarto Cinturón.
Guillermo Mestre

El Ministerio de Transportes está en disposición de iniciar al fin el desdoblamiento de la carretera de Castellón (N-232), para lo que solo tiene que adjudicar las obras del tramo de mayor tráfico y más peligroso, los 18,7 kilómetros comprendidos entre El Burgo de Ebro y Fuentes de Ebro. La Dirección General de Carreteras ya tiene encima de la mesa la valoración técnica y económica de las 22 ofertas presentadas por las principales constructoras del país, por la que la unión temporal formada por la gallega Copasa y la catalana Comsa se llevará la obra con una rebaja de más del 25% sobre el precio de licitación. Lo que no se recortará es el plazo de construcción, fijado en tres años, por lo que habrá que esperar hasta el verano de 2023 para circular con seguridad en una de las entradas con mayor tráfico pesado de Zaragoza.

El ministro José Luis Ábalos aprovechó el estado de alarma para avanzar en la tramitación administrativa de una de las actuaciones más demandadas por los partidos y agentes sociales de Aragón. De hecho, los funcionarios de Transportes valoraron las propuestas en plena pandemia y se comunicó la puntuación a las empresas el pasado 29 de mayo.

Ahora solo falta que la cúpula ministerial firme la orden de adjudicación, por la que las arcas estatales se ahorrarán casi 17,5 millones de euros. La UTE formada por Copasa y Comsa se compromete a ejecutar este tramo de la futura A-68 por 51,3 millones, cantidad a la que se debe sumar el IVA correspondiente.

Las máquinas podrían entrar a trabajar este mismo verano, dado que el Gobierno de Sánchez dispone de partida suficiente este año para sufragar las primeras certificaciones de obra. Concretamente cuenta con cinco millones gracias a las enmiendas que tramitó en su día el PAR al presupuesto vigente, que está prorrogado desde 2018.

La preceptiva orden de expropiación está aprobada para que la adjudicataria tenga a su disposición los terrenos necesarios. Su coste rondará los 4,6 millones, que se sumará al programa de vigilancia ambiental (105.792 euros) y a la financiación del 1% cultural (otros 788.602 euros).

Las empresas aprovecharán el trazado de las variantes de El Burgo de Ebro y Fuentes de Ebro, que se ejecutaron con esta intención en la etapa del oscense Víctor Morlán como secretario de Estado de Infraestructuras, durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

La actuación

El proyecto incluye la remodelación de cinco enlaces de la actual y la construcción de hasta diecinueve estructuras, entre ellas trece pasos inferiores, otro superior, un viaducto para salvar el río Ginel y una losa sobre una acequia. De igual modo, habrá que adaptar el paso existente sobre la vía de Caspe y los dos que cruzan el Canal Imperial de Aragón.

Sus 18,7 kilómetros darán continuidad al desdoblamiento de la N-232 entre el cuarto cinturón de Zaragoza la capital aragonesa y El Burgo de Ebro. Sus casi once kilómetros se abrieron al tráfico hace 17 años y desde entonces los municipios de este eje viario vienen reivindicando que se den nuevos pasos para continuar hasta Alcañiz y completar el trazado hasta el Mediterráneo.

El Ministerio destacó en enero, cuando se licitaron las obras, que el desdoblamiento de la N-232 es "una actuación indispensable para aumentar la capacidad y mejorar la seguridad vial en un itinerario con gran intensidad de tráfico de vehículos pesados".

El problema es que para completar este corredor básico que une el Mediterráneo hacia la cornisa Cantábrica habrá que esperar más de una década siempre que haya un compromiso real de ejecutar los 89 kilómetros restantes en Aragón.

Media docena de tramos

Para hacerse una idea, su coste se ha estimado en 550 millones y su constucción se dividirá en media docena de tramos. Y el problema radica en que la partida disponible es mínima y se limita a 200.000 euros.

El último paso administrativo se dio hace año y medio con la aprobación del estudio informativo de la autovía desde Fuentes de Ebro hasta Valdealgorfa, pero los nueve municipios zaragozanos y turolenses que se verán directamente beneficiados (Belchite, Quinto, Valjunquera, Valdealgorfa, Alcañiz, Samper de Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar y Azaila) siguen a la espera de la licitación de los proyectos.

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