violencia de género

"El confinamiento ha sido vivir con tu verdugo las 24 horas"

Natalia Morlas, portavoz de Somos +, asociación zaragozana de mujeres víctimas de violencia de género, denuncia que los niños han sido "los grandes olvidados" en la crisis sanitaria de la covid-19.

Natalia Morlas, portavoz de la asociación Somos +.
Natalia Morlas, portavoz de la asociación Somos +.
José Miguel Marco

La asociación Somos + agrupa a mujeres víctimas de violencia de género en Zaragoza. Durante el confinamiento por la crisis sanitaria las estadísticas han apuntado una bajada de las peticiones de ayuda por maltrato en todo el país. ¿Se ha vivido así en la asociación?

Al principio del confinamiento se dijo que no había llamadas de auxilio. Ya es bastante difícil vivir la vida 'normal' con un maltratador porque te fiscaliza absolutamente todo lo que haces: vigila dónde vas, cuánto tiempo estás fuera, con quién hablas, te vigila el móvil… Imagina vivir con tu maltratador 24 horas al día, siete días a la semana. Esas mujeres no tienen forma de pedir auxilio porque el tiempo que tienen de escape como ir a comprar, llevar a los niños al colegio e ir a recogerlos, ya no lo tienen. El confinamiento ha sido vivir con tu verdugo 24 horas al día, con la persona que te está maltratando a ti y a tus hijos.

¿Cómo consiguieron llegar a esas mujeres?

Fuimos pioneras y luego se unieron más instituciones, en crear y lanzar un grupo de whatsapp de ayuda compuesto por varias socias, trabajadoras sociales, psicólogas y un abogado. Lanzamos la campaña a las redes sociales porque tú no las puedes llamar. Tienen que ser ellas las que, cuando puedan y de la manera en que se las puedan ingeniar se pongan en contacto contigo. Un whatsapp lo puedes mandar y borrar. Se pusieron en contacto muchas mujeres, no solo de Aragón.

¿Qué llegó en esos mensajes de Whatsapp?

Peticiones de socorro desesperadas. Desde una mujer que nos llamó desde el hospital porque el maltratador le había dado una paliza hasta otra que había sido maltratada durante años y al ver nuestra campaña se había dado cuenta de que no podía más y que quería salir. 

¿Hay un perfil de mujer maltratada?

No. Perfil de mujer maltratada no hay. Te puedes encontrar desde una cría de 17 años hasta una mujer de 80. De hecho, está repuntando en adolescentes.

Entonces, ¿el confinamiento ha ayudado a ser más conscientes de estas situaciones de violencia?

No era tanto que no fueran conscientes, sino que con el confinamiento te das cuenta de que son 24 horas de gritos, golpes, peleas, amenazas… Yo siempre digo que cada mujer maltratada tiene su momento para darse cuenta y lo asemejo a un clic. Es en ese momento, en el que te das cuenta y te cae encima todo el peso de lo que tienes y dices 'no puedo más'.  Encuentras la fuerza, el valor, te vienen encima todos los motivos, las peleas, todas las agresiones a tus hijos. Te viene encima todo y dices 'hoy he llegado a mi límite'. Pueden pasar seis meses desde que han empezado los malos tratos o incluso 30 años, como tenemos una mujer en la asociación.

Sigue habiendo muchos casos como el de esta semana en Úbeda sin denuncias previas y en los que la víctima convivía con el maltratador. ¿Pesa la situación económica o la psicológica?

La económica no es la principal, pero es una razón de peso. El maltratador te aisla de tu familia y amigos, de la sociedad, de todo. Una de las mejores maneras que tiene para aislarte es no dejarte trabajar. No tienes ningún tipo de independencia económica. O lo que es peor, trabajas y el dinero lo maneja él. La dependencia psicológica también es importante porque los maltratadores son unos genios en destrozarte la moral y la autoestima: '¿Quién te va a querer a ti?', 'No vales para nada'. Te destrozan tanto tu autoestima que realmente te llegas a creer que no vales para nada. Y las amenazas. 'Estás loca y te voy a quitar a tus hijos', 'No los volverás a ver'. No es fácil dar el paso, pero se da, se sale y se puede.

Ahora que ha pasado el confinamiento, ¿ha mejorado la situación?

Para nosotras el tema de los puntos de encuentro fue un caballo de batalla muy duro porque no se pensó en los niños cuando se mantuvieron abiertos durante el confinamiento. Los niños han sido los grandes olvidados de esta pandemia. Por si no fuera bastante duro, los tienes que sacar en medio de una pandemia mundial. No solo nos estamos poniendo en riesgo nosotras, nuestros hijos y la parte contraria sino que se olvidan que en ellos hay funcionarios que tienen familias. Muchos de los niños que van a los puntos de encuentro se niegan a irse con sus progenitores no custodios. Ahí tenemos un problema porque cuando estas cosas ocurren muchas veces se culpabiliza a las madres. No se paran a escuchar a los niños. Hablamos de maltratadores condenados con una sentencia. Y tenemos en Zaragoza una Cámara Gesell, para explorar a esos niños en un entorno amable, en el que se sientan cómodos y descubrir porqué los niños no quieren ir.

Me gustaría que los jueces se pusieran en la tesitura de que una hija, por desgracia, porque nadie estamos exentos, diera con un maltratador. Que no solo la maltratara a ella sino que además maltratara a sus nietos. Qué pedirían ellos en nuestro lugar para sus nietos. No pido que sean parciales hacia ninguna de las partes, porque eso no puede hacerlo un juez. Pero que investiguen, que instruyan. 

¿Qué reivindicaciones tiene ahora la asociación?

Queremos que se cumplan las promesas electorales como eliminar que hable del síndrome de alienación parental (SAP), que no está reconocido por la OMS y con el que se acusa a las madres de "manipuladoras"; quitar la patria potestad de oficio a los maltratadores y retirar las visitas. Queremos formación para las mujeres víctimas de violencia. No estamos pidiendo que se les de un sueldo por la cara sino que puedan encontrar un empleo.

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