fruticultura

La bacteria que robó la primavera de Codos

El ataque del chancro bacteriano ha arruinado la cosecha de cereza de este año y compromete el futuro de los jóvenes agricultores.

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Agricultores afectado por el chanco bacteriano en una explotación frutícola de Codos (Zaragoza).
Macipe

Lo que tendría que ser una estampa casi idílica a los pies de la sierra Vicor con miles de cerezos verdes y con sus frutos cogiendo forma es hoy la imagen de la desolación: la mayoría están secos y sin apenas fruto. En Codos, la bacteria pseudomonas syringae -o chancro bacteriano- ha arrasado con el 90% de las 180 hectáreas dedicadas al que es el principal cultivo de este enclave de la comarca Comunidad de Calatayud. "Es algo que te deja destrozado porque puede ser la ruina de los agricultores, muchos jóvenes, que quieren quedarse aquí", resume el alcalde, Emilio Camino.

Este pequeño germen se ha llevado por delante lo que iba a ser un "cosechón". Así lo define Luis Serrano, de 37 años y uno de los agricultores afectados: "De 350 toneladas que podría recoger quedarán 1.000 kilos". Y eso supone que, en su caso, "de 100 personas que vendrían para recoger, no vendrá ninguna. Además de lo ya invertido en tratamientos y lo que tendremos que poner para intentar que no repita".

"Un sábado vimos los síntomas y el lunes estaba todo seco", apuntan Antonio y Guillermo Vicente, tío y sobrino dedicados al campo desde adolescentes. "Todos los técnicos que vienen, del Atria o del Centro de Protección Vegetal, hablan de algo extraordinario, catastrófico", insiste Antonio. "Hemos tratado 4 o 6 veces, siempre bajo criterios técnicos, y no ha servido de nada", lamenta el segundo.

Ante esta situación, Juan Antonio Sánchez Quero, presidente de la Diputación de Zaragoza, se comprometió con el Gobierno de Aragón a dar una respuesta "ágil y contundente" porque de no hacerlo "el mundo rural se muere". Desde la DGA reconocen que ante "la gravedad" de la situación se estudian "vías de apoyo más allá de lo técnico", pero todavía no concretan cuáles. Camino apunta a una solución que atienda las demandas de todos los afectados.

El cóctel perfecto

La pseudomonas syringae está presente en todos los climas y suelos y está vinculada al ciclo del agua. "Esta rama favorece que el agua se congele a temperaturas más altas de la habitual. Cuando el tejido ha sido dañado por el hielo, aprovecha ese espacio para invadir el vegetal", explica Carlos Gil, ingeniero técnico. "Puede vivir sin generar daños hasta que se ve fuerte y ataca", ya que, "se aprovecha de las vías de sabia y cuando mejor está el árbol, más se extiende".

Hace un año ya se dio un pequeño ataque, factor que, sumado a otras circunstancias meteorológicas de este año, ha creado el cóctel perfecto para su máxima virulencia. "Si al ataque del año pasado le sumamos que este año nevó en la floración y hubo heladas y lluvias continuas, nos encontramos con todos los números del bingo", ejemplifica Gil. Con todo ello, este técnico de Agro 21, con décadas de experiencia y estudio, reconoce que "ni lo había visto nunca ni conozco a nadie que lo haya visto con esta intensidad, ni en zonas del Ródano que están más expuestas".

Futuro incierto

Gil apunta a lo que viene: "El agricultor va a tener que estar muy encima y extremar las estrategias preventivas, porque el terreno, por este ataque, está abonado para que pueda volver". A eso se suma el efecto sobre la propia planta, ya que "va a tener que rehacer las partes afectadas para producir". Esas repercusiones pueden ser rendimientos de solo el 20% por árbol en 2021 y mermas también en 2022.

Para Guillermo Vicente, de 27 años, esto supone "la desaparición de nuestra fuente de ingresos, contando las inversiones que hemos hecho en maquinaria, pozos y los proyectos de futuro que teníamos".

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