Por
  • Nacho de Blas

Vamos demasiado pegados

Las calles de Zaragoza se llevan a la hora del paseo
Las calles de Zaragoza se llevan a la hora del paseo
Oliver Duch

Todos hemos oído esa frase en el coche. Según la velocidad a la que circulamos se debe mantener una distancia de seguridad para tener suficiente tiempo para reaccionar ante cualquier maniobra imprevista del coche de delante. Algo similar ocurre al gestionar una epidemia. Los efectos de cada medida adoptada tardan un tiempo en reflejarse en los indicadores epidemiológicos que hemos comentado en otras ocasiones: consultas en atención primaria y urgencias, casos confirmados, hospitalizaciones…

Ya ocurrió al inicio del confinamiento. En las primeras tres semanas no parecía que las medidas estuvieran funcionando demasiado. Era porque el tiempo entre infección y aparición de los primeros síntomas en covid-19 son 4-7 días. Pero a este periodo de incubación se suma el tiempo transcurrido hasta que los síntomas son suficientes para avisar al médico: otros 2-4 días más. Además, habrá que añadir 1 y 3 días necesarios para el diagnóstico laboratorial y la notificación como caso de covid-19.

Entre la exposición a una situación de riesgo y el cambio de indicadores pasan de 7 a 14 días. Ese es el tiempo de reacción que se necesita para decidir si una medida de desconfinamiento funciona o no. Durante esta semana todavía se están evaluando las consecuencias de la salida a la calle de los niños del 26 de abril. Pero se van a solapar con el inicio el 2 de mayo de las actividades al aire libre en franjas horarias y ahora con la apertura de comercios y terrazas a partir del próximo lunes.

Creo que no se está respetando esa distancia de seguridad y hay un riesgo excesivo de sufrir un accidente en cadena. Entiendo que es muy urgente reactivar la economía, pero correr a ciegas nunca ha sido una buena idea.

* Nacho de Blas, Profesor Titular de la Universidad de Zaragoza

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión