la desescalada

Dos meses de prórroga de los ERTE pasan "muy deprisa" y no será suficiente, advierte la patronal aragonesa

Los sindicatos ven positivo el acuerdo alcanzado y valoran que a partir del 30 de junio pueda pactarse una nueva ampliación para algunos sectores, los más perjudicados por la pandemia

Ricardo Mur, presidente de CEOE Aragón, cree que muchas empresas no podrán asumir el coste de la subida del salario mínimo
Ricardo Mur, presidente de CEOE Aragón, cree que muchas empresas no podrán asumir el coste de la subida del salario mínimo
Aránzazu Navarro

«No es el mejor acuerdo, pero había que dar seguridad jurídica a las empresas. Nos hubiera gustado que fuera a más largo plazo». Con estas palabras valoró ayer Ricardo Mur, presidente de CEOE Aragón, el pacto alcanzado con el Gobierno y los sindicatos para prorrogar los ERTE por causa de fuerza mayor hasta el 30 de junio sin que se pueda despedir en seis meses desde el reinicio de la actividad salvo en casos de compañías que se vean abocadas a la quiebra.

«Ha sido un debate intenso en el comité de CEOE para ver si lo respaldábamos o no, pero al final entendiendo la difícil situación presupuestaria del Gobierno y dado que han flexibilizado las condiciones planteadas inicialmente, se ha aceptado, sobre todo porque se han comprometido a buscar soluciones sectoriales para los más perjudicados cuando acabe esta prórroga dentro de dos meses». Aunque «el acuerdo deja muchas cosas abiertas a la interpretación, y se rebajan las exenciones", añadió, "da algo de tregua para aguantar y que no todo el coste de la pandemia recaiga en las empresas».

Un plazo más largo

Es un acuerdo "que no nos satisface plenamente y no va a ser suficiente", recalcó Aurelio López de Hita, presidente de Cepyme Aragón. Es verdad, reconoció, que se han suavizado las condiciones planteadas inicialmente para la prórroga de los ERTE tanto en la cuestión del despido y mantenimiento de las plantillas, como de las exenciones en cotizaciones y del reparto de dividendos en 2020 –que se prohibirá a todas las empresas que hayan aplicado un ERTE salvo las de menos de 50 trabajadores–, pero "la vida que se ha dado a esta prórroga, dos meses, es muy poco", subrayó y "la actividad económica no va a estar normalizada". Mayo y junio pasan muy deprisa, avisó, y "habrá que estar muy pendientes de la reactivación de la economía". Esta ampliación "no va a ser suficiente", advirtió, y en estas circunstancias, aunque el Gobierno no tiene medios económicos, "debería hacer todo lo que está en su mano para ayudar al consumo con campañas muy fuertes de promoción", dijo.

La valoración fue más positiva desde los sindicatos. Daniel Alastuey, líder de UGT Aragón, resaltó que se vaya a constituir una comisión tripartita (Gobierno, sindicatos y patronal) para evaluar cómo va funcionando la desescalada y a partir del 30 de junio negociar en que sectores específicos, los más perjudicados, habría que prorrogar los ERTE de nuevo. "Ahora, haberlo hecho a más largo plazo era muy complicado. Solo hay que pensar el gravísimo problema que se habría generado de acabar el estado de alarma, no reanudarse la actividad y que los ERTE se hubieran convertido en ERE o despidos". Así, se permite la reincorporación parcial y las empresas podrán sacar a la gente del paro en función de sus necesidades.

Manuel Pina, al frente de CC. OO. Aragón, avisó que la prórroga de los ERTE no puede ser indefinida, que lo ideal sería que se fuera reactivando la actividad y la gente pudiera salir del ERTE y tener trabajo» No obstante, calificó de "éxito que patronal y sindicatos hayan alcanzado este pacto ya que los ERTE han permitido hasta ahora mantener el empleo y frenar la caída en afiliación".

"Hacer lo posible por salvar el empleo"

Seguir con los ERTE de fuerza mayor el tiempo que sea necesario y pactar medidas de flexibilidad interna, aunque sean dolorosas, es lo que recomienda Juan García Blasco, catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Zaragoza, para que las empresas puedan sobrevivir. «Hay que hacer todo lo posible para que no se destruya empleo y el mercado laboral no expulse a más trabajadores», avisa, o "de lo contrario la bolsa de paro se hará insoportable".

Que el Gobierno mantenga lo que haga falta la consideración de fuerza mayor para esta nueva realidad económica creada por el coronavirus y pacte con los agentes sociales más flexibilidad son las dos vías que propone para que muchos trabajadores no se queden en la cuneta. Los ERTE, reflexiona, son un "un arma de doble filo ya que de momento dan la ventaja de una suspensión temporal de los contratos, pero cuando terminen, al no saber las empresas si tendrán trabajo para toda la plantilla o solo para la mitad –dada la prohibición de despedir– la carga que ahora no tienen puede agrandarse", advierte. No obstante, califica el acuerdo alcanzado de "solución transitoria" que da "cierta seguridad jurídica a las empresas" al menos por un tiempo.

El Gobierno se reservará el derecho a prorrogar este plazo si persisten restricciones de actividad por razones sanitarias llegada esa fecha
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