Pequeñas y medianas empresas admiten dificultades para implantar el teletrabajo

Las prisas obligan a preparar contra reloj los equipos y los protocolos necesarios para operar desde casa.

Cámara de Comercio de Zaragoza.
Cámara de Comercio de Zaragoza.
CMZ

Pequeñas y medianas empresas admitieron este lunes, primer día laboral del estado de alarma, "serias dificultades" para implantar el teletrabajo. La mayor parte, coincidieron desde Cepyme y la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza, "no son susceptibles" y aquellas que sí han optado por esta fórmula han encontrado problemas por falta de experiencia y de material.

El director general de la Cámara de Comercio, José Miguel Sánchez, reconoció que esta apuesta obligada por el trabajo desde casa ha supuesto "un reto colectivo" para muchas empresas, ya que, hasta la fecha, únicamente 45.000 personas trabajan a distancia en la Comunidad, según un reciente informe de Adecco. "Siempre hay planes de contingencia, pero ninguno para una situación de esta magnitud", dijo.

La propia Cámara, aseguró, ha puesto a teletrabajar al 70% de su plantilla, un porcentaje que incluso podría alcanzar el 90% en cuestión de horas, ya que la intención es funcionar únicamente con "servicios mínimos". Pero como ha ocurrido en multitud de empresas de Zaragoza, han surgido "incidencias" que han tenido que resolverse prácticamente sobre la marcha y con las limitaciones propias del estado de alarma. Las empresas que han optado por el teletrabajo han tenido que lidiar, por ejemplo, con la falta de ordenadores para todos sus trabajadores o las dificultades para conectar unos equipos con otros y garantizar una fluida comunicación entre los empleados.

Gran parte de estas compañías han trabajado horas durante este fin de semana para ‘reinventarse’, adecuar su forma de trabajar a este nuevo escenario y establecer protocolos de actuación. A falta de datos fehacientes, la Cámara de Comercio estima que el teletrabajo ha calado especialmente en oficinas y empresas vinculadas al sector tecnológico.

Las hay que ya daban opción de trabajar desde casa, una fórmula hasta ahora residual a la que desde el lunes ha tenido que acogerse el grueso de las plantillas de forma obligatoria. En la industria, en cambio, el teletrabajo es prácticamente imposible. Ayer se percibió, por ejemplo, en la cantidad de coches aparcados en el exterior de los polígonos industriales de Zaragoza y municipios como El Burgo de Ebro. "Muchos empresarios siguen a la espera de las medidas que se aprueben en Consejo de Ministros para decidir qué hacer. Creemos que a partir de hoy habrá una cascada de expedientes de regulación de empleo temporales en la Comunidad", indicó Sánchez.

En esta línea, el presidente de Cepyme, Aurelio López de Hita, señaló que, lejos de poder apostar por el teletrabajo, habrá firmas que tendrá problemas de suministro y tendrán que cerrar, ya sea de forma total o parcial. "Va a haber un problema muy serio en las próximas semanas", dijo.

El teletrabajo, coincidieron Cámara de Comercio y Cepyme, puede ser una solución "temporal", pero hay empresas que no podrán alargar mucho más la vuelta a la oficina, de ahí que en muchos sectores se siga con especial intranquilidad las noticias sobre el avance del coronavirus.

Mecanismos "útiles"

Por parte de CEOE se recuerda que el teletrabajo es una opción válida para determinados sectores y actividades, y no para el conjunto de las empresas. El Gobierno central, subrayó su el director general de CEOE-Aragón, Jorge Díez-Ticio, debe poner en marcha mecanismos útiles y rápidos que garanticen la liquidez a las empresas, eviten su quiebra inmediata y protejan el empleo, entre los que estaría la facilitación del teletrabajo. En este sentido, se pide que se dé por cumplida la obligación de evaluar los riesgos laborales con la autoevaluación de los propios empleados.

Empresarios y trabajadores también reclaman garantías para quienes no puedan teletrabajar y deban desplazarse durante su jornada laboral. Las principales organizaciones piden instaurar certificados con el nombre de los empleados y la dirección de la empresa para evitar malentendidos con las fuerzas del orden.

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