coronavirus

¿Hay un peligro de contagio especial en el gimnasio? ¿Y en la piscina?

El sudor no es una vía de transmisión, pero sí otras secreciones corporales.

Gimnasio Anytime Fitness.
Interior de un gimnasio zaragozano.

En estos días, cada actividad habitual, de esas que normalmente se realizan con el piloto automático, guarda una pregunta: ¿cómo afecta el coronavirus a…? El contagio no distingue de espacios y puede darse en la calle, en el transporte público, centros de trabajo, colegios y universidades, superficies comerciales. También, por supuesto, en los gimnasios y piscinas, donde el contacto directo e indirecto entre personas y las secreciones corporales están a la orden del día.

Por eso, si se busca sortear cualquier mínima posibilidad de contagio, convendría tomar alguna prevención. “En este tipo de centros deportivos habría que desinfectar superficies que han estado en contacto con secreciones respiratorias, esas gotas que se desprenden con facilidad durante la práctica deportiva. Este es un virus envuelto, por lo que es más sensible a los desinfectantes y no plantea problema su destrucción con este tipo de productos”, apunta Javier Castillo, catedrático del departamento de Microbiología de la Universidad de Zaragoza.

No consiste en ser hipocondríaco, sino precavido. “El sudor puede que no sea vía de transmisión, pero en un aparato se puede toser, salivar... igual simplemente con dar una pasada en la superficie con un desinfectante ya vale”, aduce el experto,.

Desde la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID), aducen que, "como responsables en el desarrollo de nuestra actividad, hemos reforzado los protocolos habituales de limpieza y desinfección de nuestros centros y mantenemos una información regular con las autoridades sanitarias para responder con rapidez a cualquier indicación por su parte".

En los gimnasios y piscinas municipales de Zaragoza no se han adoptado, por el momento, medidas específicas, si bien no descartan nuevas medidas a lo largo de los próximos días.

En cuanto a las piscinas, Castillo opina que el agua que llena los diferentes vasos de estas instalaciones “no actúa, a priori, como transmisor del virus si bien las personas deben extremar la higiene”. Otra cosa es que luego el nadador emplee la misma toalla para secarse el cuerpo en el recinto de la piscina y la cara ya en el vestuario. “Es elemental no hacerlo”, concluye.

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