Redactor de HERALDO DE ARAGÓN

La función del 23-F

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El general Luis Pinilla, director de la Academia General Militar en 1981, en una fotografía de archivo en el centro Mision Juventud que abrió en Madrid para ayudar a jóvenes con problemas.
Carlos Moncín

Cuando llega el 23-F nunca olvido que Zaragoza se libró del golpe de Estado gracias al director de la Academia General Militar Luis Pinilla, que impidió la asonada y facilitó que la banda de música (donde tocaba Isidro Amaral, el padre de la cantante Eva) acudiera al Teatro Principal para participar en una función. Antes de morir, Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa del Rey, reconoció a HERALDO que quedaban «secretos» de la Transición por contar. El primer acto oficial después del golpe al que acudió el rey Juan Carlos se celebró en la Academia y fue muy tenso.

La noche de autos de hace 39 años, el capitán general de la Región Militar, Antonio Elícegui, ordenó el acuartelamiento de todas las unidades, aunque al final de esa noche, una de las más largas de la historia de España, entre el Rey y Fernández Campo conjuraron el peligro y lo convencieron para evitar la salida de los tanques en Zaragoza. Un oficial que estaba en Capitanía me contó que alguna llamada no se cogió porque el general estaba en otro piso y quizás nos libró de vivir el golpe.

Todos los mandos de la División Acorazada Brunete se trasladaron desde San Gregorio, donde estaban de maniobras, hasta la Capitanía General, y las autoridades civiles detectaron un intento de controlar Zaragoza o militarizarla, como ocurrió en Valencia.

Todos los militares fueron llamados a la Academia y a sus unidades. El general Pinilla los reunió en el salón de actos para explicarles que, pasadas las diez de la noche, tenían que marcharse a dormir a casa o a las habitaciones del centro. Le hicieron caso y Zaragoza se libró, en medio de la función.

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