En primera persona

"Hay personas que lo están pasando mal y se necesitarían más recursos para ayudarles"

Los mayores reclaman prestaciones y programas para atender a los colectivos más desfavorecidos y los que sufren la soledad no deseada. 

María Luisa Navarro, de 85 años, y Antonio Sancho, de 91, el jueves, en Zaragoza.
María Luisa Navarro, de 85 años, y Antonio Sancho, de 91, el jueves, en Zaragoza.
FRANCISCO JIMENEZ PHOTOGRAPHY

Alejandro, María Luisa, Antonio o Francisco no viven solos. Cuentan con una familia que les arropa en los buenos o malos momentos, pero tienen a su alrededor o conocen a otros mayores que no tienen su suerte. "Pues claro que los hay. ¡Y muchos!", exclama Francisco Ortiz cuando se les pregunta por personas que sufren el fenómeno de la soledad. 

A sus 74 años, Francisco, Paco –precisa–, entraba el pasado jueves al centro de mayores Laín Entralgo del paseo de la Mina de Zaragoza, donde ya se han hecho varias acciones contra la soledad de los mayores. "Pero hay cosas que todavía se pueden mejorar. Este centro cierra algunos días en agosto, precisamente cuando la gente más compañía puede necesitar. Muchas veces la gente solo necesita venir a hablar o pasar la tarde. Para los jubilados todos los días son sábados y domingos", reclama Paco que ahora dedica parte de su tiempo al cuidado de su nieta de 7 meses. "Tenemos que echar una mano", reconoce.

Agarrada al brazo de su marido, Antonio, nadie diría que María Luisa Navarro suma ya 85 años. "Estoy ya bastante delicada, pero bueno... Me ha gustado siempre mantenerme activa", cuenta mientras se apoya en la muleta que le acompaña en la otra mano. Pese a que no ve bien por el infarto ocular que sufrió, irradia alegría y sobre todo optimismo y vitalidad. "He sido hasta voluntaria del Ayuntamiento. Ahora, lo he tenido que dejar porque no veo...", lamenta María Luisa, que presume orgullosa de la longevidad y buena salud de su marido, que tiene 91 años. "He cuidado mucho lo que comíamos en mi casa. Me ha gustado una buena alimentación. Ahora, a veces, me enfado con él porque come cosas que no debería a su edad", le reprocha riéndose a Antonio.

Reconoce ser afortunada por la red familiar que tienen, pero también pide a las administraciones más "recursos" para aquellos otros mayores que "necesitan apoyo o estén solos". "Hay mucha gente que lo está pasando mal y precisan de atención", recuerda María Luisa.

Para Alejandro Burillo, hay ayudas "imprescindibles", como los servicios de limpieza o ayuda doméstica que el Ayuntamiento de Zaragoza facilita a algunos mayores en sus domicilios. De hecho, considera más importante incrementar esta u otras prestaciones de ayuda antes que una subida generalizada de las pensiones.

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