Por
  • Esperanza Pamplona

Un silencio que confunde

Aragón
Budó y Lambán, durante el relevo en la presidencia de la CTP.
Laura Zamboraín

Javier Lambán se ha ido construyendo una imagen de barón díscolo dentro del PSOE, de ésos que les cantan ‘las verdades’ (las suyas, claro está) al jefe. Todos recordamos los desencuentros con Pedro Sánchez, que aún persisten, aunque estos nunca se hayan producido en un cara a cara, sino más bien en diferido.

La batalla contra el nacionalismo catalán también ha sido una bandera que ha enarbolado con brío el presidente aragonés. Sus declaraciones han sido incendiarias en no pocas ocasiones, ha llegado a hablar de “fábricas de energúmenos” refiriéndose a las escuelas catalanas, de “burguesías insolidarias”, etc. Eso sí, estas declaraciones siempre se han hecho desde Aragón, algo normal por otra parte.

Lo que resulta extraño es que tanta beligerancia se diluya en la nada cuando un miembro del Gobierno catalán se presenta con un lazo amarillo y pronuncia unas palabras de "recuerdo especial" para los políticos catalanes que están "en prisión o en el exilio" durante un acto institucional presidido por el Gobierno de Aragón, y en Aragón. Y Lambán, callado. Hasta pasadas unas horas, que parece que reaccionó.

Está claro que el presidente aragonés ejerce un férreo autocontrol sobre sus palabras que resulta inversamente proporcional a la distancia que le separa de su contrincante. ¿O hablamos de postureo?

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