Gente de la tierra

"Las generaciones de hace 50 años son las más sostenibles"

Evelyn Celma, responsable de la empresa de cosmética Matarrania, pone en marcha Flora, un proyecto que apuesta por el respeto al medioambiente.

Evelyn Celma es la responsable de la empresa de cosmética natural Matarrania.
Evelyn Celma es la responsable de la empresa de cosmética natural Matarrania.
E. C.

Los veranos de Evelyn Celma siempre transcurrieron en el pueblo de sus padres, La Fresneda, localidad turolense situada en el corazón del Matarraña, y donde esta consultora ambiental, nacida en Barcelona, disfrutaba del paisaje y paisanaje de esta hermosa tierra.

Sus recuerdos y vivencias infantiles calaron en ella hasta el punto de que años después decidió trasladarse a vivir a La Fresneda y aunar su interés por la vida rural con su profesión, ya que ella es especialista en educación ambiental y dinámicas participativas.

Fruto de unir estas dos pasiones, surgió hace 13 años la empresa Matarrania (www.matarrania.com), con la que elabora «una cosmética saludable, respetuosa con la piel y con el planeta. Una cosmética ecológica en la que usamos ingredientes totalmente artesanales, como el aceite de oliva del Bajo Aragón, con el que maceramos las plantas aromáticas que crecen en el campo. Con esta mezcla hacemos bálsamos, cremas o aceites», matiza esta empresaria, que da trabajo a nueve mujeres de la zona, que desarrollan su actividad a media jornada. «De esta manera, pueden combinar su faceta profesional con su vida familiar y la conciliación resulta mucho más fácil», afirma.

Etnobotánica

Su pasión por la etnobotánica, disciplina que estudia las relaciones entre el hombre y las plantas, fue el pilar sobre el que se asienta este proyecto que hoy en día cuenta en el mercado con 32 referencias distintas. Además, es la única empresa española de cosmética cuya gama cuenta con la certificación ecológica de la Organic Soil Association, la entidad certificadora más antigua del mundo, que tiene su sede en el Reino Unido.

Toda su gama de productos se distribuye en un total de 350 puntos de venta nacionales e internacionales, sobre todo en el caso de la venta ‘online’ ya que están presentes en las principales webs internacionales de cosmética natural.

El último proyecto que acaba de poner en marcha se llama Flora y es un espacio abierto, situado en un entorno muy especial de Peñarroya de Tanstavins, y cuyo objetivo es convertirse «en un punto de difusión de una cultura de respeto a las personas y al planeta», señala Celma.

Jardín botánico

El centro está formado por tres espacios diferentes: un jardín botánico con más de 50 especies distintas señalizadas, para que la gente pueda conocer las plantas que utilizan en los cosméticos: una huerta distribuida en bancos de cultivo, en la que se trabaja con criterios de permacultura y agricultura ecológica; y unas instalaciones, con grandes ventanales abiertos al jardín y la huerta, que «están pensados para poner en marcha charlas, talleres, presentaciones u otras actividades», indica.

Con su proyecto Matarrania, Evelyn ha conseguido hacer realidad su sueño de vivir en el pueblo, aprender de sus gentes y disfrutar del día a día, sin las prisas de la ciudad, viviendo cada momento con intensidad. «Los vecinos de los pueblos, sobre todo la generación de hace cincuenta años, son los más sostenibles, porque cuidan de sí mismos y del entorno que los rodea. Siempre he sentido admiración y mucho respeto por esta gente que cuida su salud usando los recursos que tienen más cerca. Es una apuesta muy clara por el concepto de sostenibilidad, del que ahora tanto se habla. Son personas que viven del campo y para el campo», concluye.

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