Llegamos al ecuador de una campaña electoral exprés, atípica, que conducirá a los españoles a las urnas por cuarta vez en los cuatro últimos años. Los candidatos repiten los mismos mensajes que hace seis meses, y no aclaran qué harán con sus votos a partir del 10-N. Solo los líderes del bipartidismo, Pablo Casado y Pedro Sánchez, buscan en Zaragoza consolidar el reparto de los siete escaños que casi copan ya según las encuestas, e Íñigo Errejón, de Más País, intenta abrirse hueco. Son los tres únicos candidatos a presidir el Gobierno que han recalado en la capital aragonesa en campaña en busca del apoyo del 19% de los indecisos y del 32% que optan ahora por la abstención, según la última encuesta de A+M para HERALDO que se hizo pública el domingo.

La crisis económica y Cataluña son dos de los temas que, según los candidatos, están monopolizando la campaña. Desde la noche de Halloween, los cabezas de lista aseguran que la ciudadanía muestra interés por sus propuestas, aunque es difícil constatar su capacidad de convocatoria. Atrás han quedado los años en los que líderes políticos consagrados llenaban la plaza de toros de La Misericordia. Esta vez, solo el popular Pablo Casado se atreverá esta tarde, a las 19.00 horas, con un acto en Palacio de Congresos. Como único precedente tiene a Errejón que, en el mitin central de Más País-CHA-Equo, llenó el martes el Teatro de las Esquinas.

Incluso hay quien reconoce sin ambages que se ve mucha menos movilización de la esperada. Y hay datos que lo confirman. El duelo televisivo entre los cinco líderes nacionales fue el menos visto de la democracia, 8,5 millones de espectadores, medio millón menos que el previo al 28-A, a pesar de todo lo que está en juego. Ya en la repetición electoral de junio de 2016 se redujo la participación en tres puntos, al pasar de un 71,89% al 74,71%. Fue la primera vez en la que los españoles se vieron obligados a volver a las urnas y a los partidos les preocupa que ésta será ya la segunda, y ni siquiera hay garantías de diálogo que alejen el fantasma de una tercera repetición electoral.

La candidata del PSOE por Zaragoza, Susana Sumelzo, anima a los aragoneses a que "voten por un Gobierno que ayude a avanzar a nuestra tierra", y el popular Eloy Suárez, que vislumbra un empate técnico con los socialistas, apela a "la madurez y la sensatez" de los electores. Rodrigo Gómez (Cs) se muestra contento e ilusionado con la campaña, donde se nota "la fuerza" de los zaragozanos, y el podemista Pablo Echenique se muestra satisfecho de que la gente pueda ver "directamente las propuestas de los candidatos y de los banqueros, de manera que el campo político se va aclarando día a día".

Pedro Fernández, de Vox, insiste en apelar a la "unidad de España" y promete "medidas para revertir los efectos de la despoblación", y Carmelo Asensio, de Más País-CHA-Equo, hace hincapié en que al ser "la gran novedad", muchos ven a su partido "con ilusión y esperanza".

Tranquila campaña en las redes sociales

La actividad ha decaído incluso en las redes sociales. "Los candidatos al Congreso aragoneses están en clave electoral, con constantes referencias a los líderes nacional y a su partido, pero no hay una actividad exagerada para ser una campaña más corta de lo normal", explica Viriato Monterde, periodista especializado en redes sociales. Es la tercera campaña electoral del año y se nota. De hecho, explica que factores clave como los anuncios en Facebook y el uso de whatsapp han dejado de ser tan importantes como antes.

Vox y Unidas Podemos ganan seguidores, PSOE y PP crecen de forma moderada y Ciudadanos, que no su líder, Albert Rivera, los pierde. Vox exprime el uso de Instagram, la red de moda entre los jóvenes, para captar votos. De hecho, la formación de Santiago Abascal es, en Aragón, la opción por la que se decanta el 23% de los electores de 18 a 25 años, según las encuestas. Eso, sin contar que hay mensajes y estrategias en las redes imposibles de controlar.