La tortilla de patatas es un plato que suele mover al debate. Desde el ya típico con o sin cebolla, en la actualidad se plantean encendidas discusiones sobre si añadir algún ingrediente es mejorar o profanar este plato tradicional español. Con estas premisas presentes, se organizó ayer en Villanueva de Gállego un concurso de tortilla de patatas con el ánimo de encontrar una que provocara el consenso entre la gente.

Allí se reunieron ocho aspirantes con el sueño de conseguir el premio y coronar a su tortilla como la mejor del municipio. En este caso, como no podía ser de otra manera, el galardón era un embutido típicamente español: un jamón. Para alcanzar tan preciado botín, los participantes tenían que seguir las reglas del certamen, que consistían en el uso de tan solo tres ingredientes, los dos imprescindibles, como son las patatas y los huevos, y otro secreto que era a su libre elección.

Los cocineros echaron mano tanto de la tradición como de la imaginación, ya que para completar el trío de componentes unos optaron por la habitual cebolla, mientras que otros decidieron tomar alguna decisión de riesgo y probar con gambas o hasta con leche para ver si estas originales combinaciones les permitían alzarse con el jamón de premio y, lo que es aún más importante, con el prestigio de haber cocinado la mejor tortilla de Villanueva de Gállego.

Mientras los mayores preparaban su plato, a los pequeños se les amenizaba la espera con pintacaras y juegos para que disfrutaran con sus amigos y que el tiempo de cocinado se les pasara mucho más rápido. De esta manera, los niños vieron sus rostros decorados con mariposas, lo que les proporcionaba un aspecto muy peculiar y divertido. Cuando por fin la tortilla estuvo acabada, se procedió a la cata por parte de la comisión de fiestas, que decidió otorgar el jamón a la preparada por Ana Artal, una vecina del municipio que decidió no hacer probaturas y optó por seguir la receta de siempre: huevo, patata y cebolla. Las razones del triunfo estaban muy claras para Susana González, concejal de Fiestas de Villanueva: "Estaba muy buena y la verdad es que tenía un sabor increíble".

La veracidad de estas afirmaciones la pudo comprobar por sí misma una multitudinaria congregación de vecinos del pueblo, formada en su mayoría por los más pequeños y por los más veteranos del municipio, que esperaban con impaciencia para catar las distintas tortillas cocinadas y que en cuanto pudieron se lanzaron a probar todas para ver si su criterio coincidía con el de la comisión. Durante la cata popular se pudo disfrutar de un buen ambiente propio de estos días en los que el pueblo sale a divertirse y a disfrutar de las fiestas.

Con las fuerzas renovadas, los vecinos estuvieron listos para seguir disfrutando del penúltimo día de fiestas, con una nueva sesión taurina y un baile que seguro que hizo quemar en la pista las calorías que se ganaron con las distintas tortillas del certamen. Hoy tocará decir adiós a las fiestas hasta el año que viene con los fuegos artificiales y la habitual traca de fiestas. 

Una curva de Estafeta en el callejero de Villanueva