Volvía Calamaro a Pirineos Sur, después de 8 años. Un artista que ya se puede considerar un clásico del rock en castellano, uno de esos que ya casi es un género en sí mismos. Y eso que el argentino nunca ha ocultado sus referentes favoritos (Bob Dylan es su gran faro), pero ha sabido dotar a su música y a sus letras de una personalidad única, tanto en su carrera en solitario como sus exitosas bandas (Los Abuelos de la Nada y Los Rodríguez).

El concierto, que arrancó con un recuerdo al querido guitarrista Guille Martín, sirvió para hacer un completo repaso a una discografía que a día de hoy resulta casi inabarcable. Su último trabajo, “Cargar la suerte”, es uno de los mejores que ha publicado en mucho tiempo; lo sabe y no dudó en recurrir a él en su show de casi dos horas. “Verdades afiladas”, “Cuarteles de invierno” (espléndida), “Falso LV”, “My mafia”, no desentonaron en absoluto con sus grandes canciones, algunas con más de 30 años de antigüedad.

No solo echó mano de sus éxitos más esperados (“Alta suciedad”, “Mi enfermedad”, “Estadio azteca”, “Crímenes perfectos”, “Milonga del marinero y el capitán”), sino que supo rescatar algunas de esos temas que hicieron tan grande a un álbum tan importante como “Honestidad brutal” (“Los aviones” “Clonazepán y circo”), pero supo dar cancha a otras grandes canciones menos obvias: “Las oportunidades”, “Cuando no estas”…

La gran sorpresa llegó al final. Ya había dado pistas con fotos con su amigo Javier Ibarra, más conocido como Kase. O, y al final, como ya habían adivinado sus seguidores: ambos estuvieron en el escenario para interpretar dos apoteósicas “Paloma” y “Flaca”. Como ha manifestado Kase. O “Andrés necesitaba una voz madura para una canción, habló conmigo, trabamos amistad y me invitó a compartir escenario en un concierto y elegí este por cariño y proximidad. Es todo un placer estar aquí con mi ídolo y con mi gente; en mi tierra “.

Pirineos Sur

Porque más allá de la mera anécdota, la colaboración fue explosiva,  e inesperada en resultado. Brillantes ambos. Aún hubo tiempo para redondesorprendentear la noche con “Me estás atrapando otra vez”. Impresionante el momento por el que pasa el argentino.

Presencia aragonesa

Tocar en el escenario flotante siempre es un placer que agradecen los músicos que se suben a él, y eso fue de lo primero que hizo Cuti al comenzar su concierto. El músico zaragozano es toda una enciclopedia musical y controla a la perfección todos sus referentes: del rock clásico al blues, pasando por el pop. Así no es extrañar que haga puede sonar tanto a Elvis Costello, como a The Beatles, a Tom Petty u homenajear a Malcolm Young de AC/DC (“Malcolm en la puerta de atrás”, espléndida). 

Por si quedaba alguna duda antes de arrancar su actuación, se reveló como un perfecto relevo de Andrés Calamaro, por muchos momentos alumno aventajado, incluso. Como muestra esa magnífica versión de Moris (“El mono”) y el cierre con “Para bien o para mal”.

Y una jornada de marcado signo rockero no pudo tener un arranque más apropiado, con la actuación de Despierta McFly. Jorge Martínez lleva al frente del proyecto más de una década, pero ahora lo ha retomado con más ímpetu que nunca, con algunos de los músicos más reputados y solventes del panorama aragonés. Transitando sin problemas entre el clasicismo y el rockabilly tuvieron tiempo de desplegar un setlist de una docena de canciones vigorosas, pero con momentos para medios tiempos. Destacar la entusiasta respuesta que tuvo de su fiel público, que llenó el escenario Caravana Sur desde la primera canción (“Mejor ahora”) hasta la estupenda “Mala hierba”, una de las mejores canciones de su repertorio.

Maruja Limón, en Los Mercados del Mundo

Los conciertos sobre el escenario de los Mercados del Mundo de Sallent de Gállego, arrancó en la tarde del viernes con la contagiosa alegría rumbera de Maruja Limón, quinteto femenino procedente de Barcelona, que presentó ante centenares de espectadores su primer trabajo discográfico, "Más de ti", editado el pasado año y con el que se ha convertido en una de las más gratas revelaciones de la escena musical catalana.

La música de esta formación, integrada por dos voces, guitarra española, contrabajo, trompeta y percusiones, conecta con esa escuela netamente barcelonesa de sonidos mestizos con aliento callejero y cosmopolita. Ya con las dos primeras canciones, "En realidad" y "Entre nosotros", el desparpajo de estas chicas fue recibido con calor por el numeroso público.

Siguieron con versos de Miguel Hernández en una "Rosario dinamitera" que se mueve entre la guajira flamenca y el son cubano, asomaron después aires de bossa nova en piezas como "Soledad", pero sobre todo en sus canciones prevalecen los aires aflamencados y las rumbas festivas.

En una calurosa tarde pirenaica, con el sol todavía castigando, la temperatura del concierto fue creciendo paulatinamente con temas como "Café", una versión aflamencada por tangos y rumba del bolero "Adoro", de Armando Manzanero, o esas populares "Lágrimas negras" más volcadas a la rumba catalana que al original cubano. Con "Notas de sal" y "Más de ti", y ya con la mayoría del público entregada al baile, la banda catalana despidió su actuación dejando al personal visiblemente satisfecho y con ganas de más. Pero esto es solo el principio: todavía quedan nueve jornadas de conciertos en Pirineos Sur Territorios, con nombres tan atractivos como los de Lornoar, Javier Ruibal, Trending Tropics o Mon Laferte.